“Llevo más de seis años con problemas auditivos y estando acá me volvieron a operar porque perdí el oído izquierdo”, cuenta Jorge Veloza un hombre de 78 años de edad que vive en el barrio La Rosita. Aparte de esto, Veloza dice que vive en la zozobra de que algún día un avión caerá sobre su casa, como pasó hace quince años a tan solo dos cuadras del lugar en el que vive.
Así como el caso de Jorge varios habitantes de la zona denuncian que la operación aérea es la causante de los problemas de audición, de conciliación de sueño, Además de las afectación en la salud mental.
A raíz de esto los habitantes de La Rosita se han denominado “El barrio que habla duro, pero se hace sentir mucho”. Con el tiempo los residentes han tenido que recurrir al uso de audífonos que amplifican los sonidos a su alrededor para poder escuchar,comunicarse y realizar sus actividades diarias. “Hace tres años tuve que comprar audífono derecho que costó 1'800.000, pero me tocó solicitar a la EPS el izquierdo porque ya perdí el oído”, comenta Veloza.
Otro caso de afectación auditiva es el del hijo de otra habitante del barrio que prefirió que no se publicara su nombre. “Cuando tenía tres años me empecé a dar cuenta que ya no oía, solo con gestos me podía comuinicar y entendía”, señala la mamá. Aunque todos ellos señalan que sus problemas auditivos están relacionados, no existen estudios en cada caso que lo demuestren.
El otólogo y otorrinolaringólogo Agustin Carballo Arias de la clínica Colsanitas señala que la pérdida auditiva puede ser causada por fuertes ruidos como los estallidos altos o la fuertes emisiones de sonido, como las de los motores de un avión. Según el médico este tipo de ruido fuerte puede romper el tímpano o afectar los huesecillos ubicados en el oído medio. Ya sea que la audición de una persona sea sometida entre 16 a 48 horas el daño será residual con el pasar de los años,expone Carballo.
Según el médico, al estar expuesto a ruidos fuertes durante un período prolongado, es seguro que se empiece a perder la audición, pero este daño es gradual, al comienzo se puede ignorar las señales de la afectación auditiva. Dentro de las afectaciones esta La distorsión, la dificultad al escuchar y entender a otras personas, subir el volumen del televisor y causar un timbre, silbido, zumbido en los oídos denominado “tinnitus”, afirma Carballo. “Mi peor pesadilla empieza todos los días cuando me levanto con ese zumbido que me acompaña a diario, se volvió mi nuevo amigo”, enfatiza Veloza al padecer desde hace tres años esta condición.
“Mi hija tiene varios problemas psiquiátricos a causa del ruido”, cuenta otra habitante de La Rosita. Según la Psiquiatra Lina Cespedes al estar sometido a situaciones o ambientes ruidosos, esto puede desencadenar afecciones en la salud mental como depresión, intentos de suicidio, ansiedad y afectaciones en la consiliacion del sueño. En mayo de 2016 La Secretaría de Salud de Bogotá presentó el Informe de Gestión y Mitigación de Ruido (MICI) donde concluye que el 37% de los residentes de Fontibón padecían insomnio,afectaciones en su salud mental y problemas auditivos.
Según Carballo, el oído soporta 35 decibeles (dB) en el día y 45 en la noche. Aunque los niveles de ruido generados a diario por la terminal aérea superan los 100 dB, según el estudio realizado en el 2016 por la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales. Además, de los casos documentados está el de Tránsito Henriquez un exlíder de La Rosita que hoy en día padece de insomnio crónico, pérdida auditiva y enfermedades cardiacas. “Llevó veinte años peleando contra Aerocivil y ya me siento cansado”, dice Henriquez.
Esta lucha de la comunidad lleva varios años. En el 2014 se realizó una audiencia pública con las comunidades de Fontibón y Engativá exigiendo la suspensión de la audiencia pública que se estaba llevando a cabo sobre el impacto ambiental de El Dorado por el incumplimiento por parte de la Aeronáutica Civil y la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) y el Ministerio del Medio Ambiente.
En el 2022 la Aerocivil y Opain S.A.S han buscado un acercamiento con la comunidad a través de gestores, pero ha sido imposible, debido a que la comunidad señala que está agotada de estos procesos. “Hace tres meses vino un funcionario de la Aeronáutica con una hoja tomando los nombres de las personas afectadas, pero esto son solo paños de agua”, refuta Melvin.
La petición de las comunidades para mitigar ruido de los aviones han sido ineficaces e ignoradas por parte de la Aeronáutica y la ANLA que ha intentado en repetidas ocasiones ampliar las licencias de operaciones las 24 horas con los mismos niveles de ruido generados por el aeropuerto y afectando a las comunidades aledañas.