“Nani”, Sebastián, Melisa y “Moradita”, son algunas de las personas que dedican sus fines de semana a cuidar y trabajar en La Red Agroecológica Ingatyba. Una iniciativa que busca conectar los diferentes procesos de las huertas ubicadas en la localidad de Engativá y sus alrededores. Las reuniones se hacen todos los domingos en la mañana, cuando los vecinos del barrio y cualquier persona interesada asisten para cuidar y mejorar las huertas.
Entre las actividades que se realizan, se construyen pacas digestoras, un proceso que consiste en convertir residuos orgánicos, que se producen en las casas en abono, evitando que estos “desechos” terminen en el relleno sanitario de Doña Juana. También, se hacen mingas, espacios donde las personas comparten su mano de obra y conocimientos para el mantenimiento de las huertas, además de hacer charlas sobre la importancia de cuidar la naturaleza en el medio urbano.
Si quieres conocer más sobre la ubicación de las huertas en Engativá, interactúa con el siguiente storymap.
Las huertas surgieron como una manera de cuidar y proteger al humedal Juan Amarillo/ Tibabuyes de las intervenciones que se han hecho en los últimos años en su torno. Como el parque vecinal Juan Amarillo o el corredor ambiental que pretende unir las localidades de Engativá y Suba.
“Hace mucho tiempo en este espacio había madrigueras muy grandes, se veían los curís y había mucha vegetación”, menciona Moradita, miembro de la red de huertas. Mientras que se construía el parque, murieron varios animales y otros escaparon hacia las calles y conjuntos residenciales. Constantemente se alertaba a la comunidad sobre tener precaución con los animales que buscaban refugio.
La comunidad no quería quedarse de manos cruzadas y decidieron instalar el Campamento por la vida de los Humedales y la recuperación del Río. Ahí surgió la idea de hacer la huerta La Resiliencia, que al principio se pensó primero en un bosque frutal, pero luego tomó la forma de huerta comunitaria en agosto de 2019.
Pero esta no fue la primera, la Huerta Tochua es una de las más antiguas. En el 2016, Alejandro Chaparro, para su trabajo de grado de su licenciatura en Química, quiso iniciar un aula ambiental que explicara a la gente sobre agricultura urbana. Para lograrlo, unió fuerzas con chicos practicantes de Ciudad Bolívar y entre todos se inició la huerta. Poco a poco los vecinos del sector se interesaron por la iniciativa y aportaron su ayuda al cuidado del lugar. Desde los más pequeños, hasta adultos mayores.
La poca visibilización de la protección del humedal Tibabuyes y contextualización del espacio representaba un reto. Para el 2018, con las construcciones del parque Juan Amarillo en el humedal, la comunidad empezó a interesarse más por la conservación del espacio. Se inició un grupo de estudio para detallar las plantas medicinales que proporciona el humedal, con dicha información se creó un herbario de Tibabuyes.
Estos procesos han evitado, por ejemplo, que se construyeran elementos que se tenían pensados en el parque, como una pista de skateboarding.“Con este proceso la gente empezó a no comer cuento sobre lo que las entidades que deben cuidar este espacio.”
Con el paso del tiempo, estas huertas han tenido distintas transformaciones y retos. Nani explica que “Hay personas que no están de acuerdo con la iniciativa, alegan que no es “estética”, que es un foco de inseguridad, que hay drogadicción”. En pocas palabras, la estigmatizan e incluso se pone en duda su legalidad. Específicamente La Resiliencia En 2023 fue víctima de un incendio, que tuvo como consecuencia la pérdida de algunos árboles y semillas. Además, constantemente aparecen dañadas las pacas.
Aunque esto no ha sido impedimento para que la comunidad resista y cuide el humedal a partir de la creación de lazos comunitarios, demuestran que en ocasiones es posible la protección de estos ecosistemas tan importantes para la ciudad y el mundo.
Sin embargo, teniendo en cuenta el contexto que vive el país respecto al liderazgo ambiental, según el informe de Global Witness, en Colombia han asesinado 79 líderes sociales en 2023. El informe también afirma “Esta es la mayor cantidad de defensores asesinados en un país en un solo año que Global Witness haya registrado. Con 461 asesinatos entre 2012 y 2023, Colombia tiene el mayor número de asesinatos de defensores ambientales denunciados a nivel mundial.”
Milton Sarmiento, hace parte de los Guardianes del Río, una Organización que lidera la protección de los cuerpos de agua de la ciudad. Su liderazgo ambiental en la localidad de Suba ha contribuido a la protección del humedal Tibabuyes pero esta labor lo ha puesto en peligro. El 12 de septiembre de 2024 se encontraba en una reunión en el Colegio República Dominicana y posteriormente salió hacia la Casa Memoria Suba. A las 11:30a.m. notificó que debía salir a hacer una diligencia personal y posteriormente su mamá denunció mensajes y llamadas que mencionaban que Milton estaba secuestrado y solicitaban 60 millones de pesos para su rescate. Ese mismo día, en horas de la tarde fue liberado sano y salvo.
Esta lamentable situación es una de las muchas que deben enfrentar los líderes ambientales así como la estigmatización, persecución e incluso el asesinato por proteger lo que debe unir a todos, la naturaleza.