Las huellas que quedan
Una vez Patricia fue agredida y llegó al centro asistencial, debió ser remitida a otro hospital pues al que llegó en primer lugar no tenía las condiciones para atenderla. Con quemaduras de tercer y cuarto grado en su rostro, pecho, cuello y manos fue remitida una hora después al Hospital Simón Bolívar, que para el 2008 era una de la pocas unidades del país que tenía las capacidades para tratarla.
Según relata la sobreviviente, desde allí empezó su difícil proceso de recuperación, pues la atención médica inicial no fue la más oportuna y el tiempo que tomó el traslado al Simón Bolívar provocó que sus quemaduras fueran tuvieran un mayor efecto. “El ácido fue quemando mi piel, mientras esperaba la ambulancia para que me llevara al hospital de tercer nivel. Todo ese tiempo hizo que el químico se impregnara más en la piel y quemara hacía adentro”, relata.
Como el de Patricia, muchos de los ataques con ácido suelen dirigirse al rostro y el cuello y se presentan, principalmente, en espacios públicos. Sin embargo, no todos los centros asistenciales tienen el conocimiento de cómo reaccionar cuando deben atender una de estas situaciones. De acuerdo con el cirujano plástico y jefe de la unidad de quemados del Hospital Simón Bolívar, el doctor Jorge Luis Gaviria, el sistema de salud del país, aún hoy, no está preparado para reaccionar oportuna y eficientemente en este tipo de casos.
El cirujano indica que, a pesar de que se ha hecho un esfuerzo muy grande por parte de las entidades del gobierno e incluso instituciones privadas para dar a conocer el protocolo de atención a pacientes que han sufrido agresiones con sustancias químicas, los servicios de salud no conocen cómo se deben manejar inicialmente estas situaciones. “Todos los servicios de urgencia deberían conocer perfectamente el protocolo de manejo. No hay una socialización adecuada del protocolo que tiene el gobierno”, afirma Gaviria.
En la siguiente infografía puede conocer qué debe tener en cuenta en caso de presenciar una agresión con sustancias químicas.
Las quemaduras que sufrió Patricia Espitia hace 14 años en distintas partes de su cuerpo y que resultaron de mayor gravedad a causa de la demora en la atención, le afectaron, además de su piel y sus ojos, la funcionalidad del mentón. Según relata, ha tenido que someterse a muchos procedimientos médicos para mejorar el funcionamiento de algunas áreas, pues la cicatrización le formó un
queloideQueloide, un crecimientos exagerado de tejido fibroso como consecuencia de una cicatrización anormal. Las causas por las cuales se generan estos crecimientos aún son desconocidos, sin embargo, existe una predisposición hereditaria a su desarrollo.
Fuente: Redacción Médica que provocó que su mentón se pegara hacia el hombro. “Perdí mis párpados totalmente. Me han tenido que realizar más de 48 cirugías reconstructivas y más de 190 procedimientos quirúrgicos donde lo que se pretende es mejorar la parte funcional”, asegura.
Cuando una persona es agredida con un agente químico, a diferencia de una quemadura por un agente térmico, existe un daño progresivo que puede llevar días destruyendo los tejidos de la piel y de allí la importancia de una atención inmediata para retirar la sustancia. Según el doctor Gaviria, la mayoría de estos ataques no suelen ser mortales, pues su intención es producir daño y deformidad. Sin embargo, pueden llegar a afectar los ojos hasta provocar pérdida de la visión o en casos de ingerir el líquido, causar quemaduras muy graves en el esófago y el estómago.
La mayoría de estos ataques no suelen ser mortales, pues su intención es producir daño y deformidad.
Aunque este tipo de agresiones pueden provocar ceguera e incluso la muerte por la ingesta del líquido, en la gran mayoría de los casos el paciente sobrevive y es cuando inicia su proceso de recuperación. Este proceso no es el mismo en todas las personas y el número de procedimientos que se puedan requerir no siempre es igual al caso de Patricia, pues dependen en gran medida de la gravedad de las quemaduras. Aún así, los procedimientos comunes que se realizan en estas situaciones incluyen, además del lavado del área afectada, la estabilización del paciente, la cirugía para retirar la piel quemada y las cirugías de reconstrucción de cada parte afectada.
De acuerdo con la cirujana plástica, Alexandra Rada, estos procedimientos considerados, como de hospitalización, están cubiertos por el sistema de salud según la
Ley 1639
Ley 1639 de 2013, por la cual se fortalecen las medidas de protección a la integridad de las víctimas de crímenes con ácido y se adiciona el artículo 113 de la Ley 599 de 2000.
Imagen: Depósiphotos
Ver más. de 2013. “Las personas que son atacadas con agentes químicos tienen derecho a una atención y recuperación integral desde el momento en que son víctimas de este ataque y hasta que se considere haya terminado el proceso de recuperación”, afirma Rada.
El cirujano Jorge Luis Gaviria indica que una vez empiezan los controles ambulatorios se presentan muchos problemas con la atención a los pacientes, pues es común que no se autoricen los elementos que necesitan como tratamiento complementario. Esto a pesar de que la ley dice claramente que se deben prestar todos los recursos para la mejoría física y mental de las personas afectadas. “No se les autorizan las terapias físicas, las terapias ocupacionales, gel de silicona, las máscaras permanentes termomaleables, las infiltraciones. Hay muchos tratamientos complementarios que son necesarios y no son aprobados”, asegura.