Lucía Tamayo es una joven bogotana de 21 años, a quien su exnovio agredió con una sustancia química después de que ella le dijo que no quería continuar la relación. Esto ocurrió en noviembre de 2020 y meses después, Lucía ha mostrado en sus redes sociales cómo es su rutina después del ataque. La joven comparte con sus cerca de 22 mil seguidores en Instagram detalles de cómo fue agredida y la decisión que tomó de “ser feliz”, como lo expresa en su más reciente publicación.
En la mañana del 13 de noviembre, su exnovio, Camilo Moreno, ofreció llevarla a su lugar de trabajo debido a que ella estaba preocupada por unas amenazas por parte de desconocidos, en las que la insultaban y hablaban de “desfigurar” su rostro. Él la engañó y realmente la llevó al lugar donde la hermana del victimario y otra mujer, contratadas por Moreno, le arrojaron la sustancia química en su rostro y cuello. Según lo relatado, él simuló ayudarla mientras le rociaba más del líquido en su pierna.
A Lucía la trasladaron al centro asistencial más cercano, donde no sabían cómo tratar este tipo de heridas, por lo que tuvo que ser remitida al Hospital Simón Bolívar. Mientras ella permanecía en la unidad de cuidados intensivos, su exnovio confesó y posteriormente se suicidó, pero las otras dos agresoras fueron capturadas y están a la espera de una condena.
Este caso de violencia con agentes químicos fue uno de los 80 que registró Medicina Legal en 2020. Uno de cada cuatro casos, como el de Lucía, tuvo lugar en Bogotá. En este especial multimedia se abordan tres aspectos importantes alrededor de las agresiones con agentes químicos: sus sobrevivientes, qué hay detrás de este tipo de violencia y qué regulaciones existen para prevenirla.
Una tragedia global
Los primeros casos conocidos de ataques con ácido se presentaron en Francia a principios del siglo XVII y Reino Unido a finales del siglo XIX, los cuales se realizaban a esposos infieles y/o a sus amantes, con el fin de desfigurar el rostro y que así no pudieran tener una relación a futuro, según indica la investigación realizada por la magíster en derecho Patricia Beltrán y el Doctor en derecho Edgardo Cuenca.
De acuerdo con los investigadores, esta práctica fue creciendo en la Europa del siglo XIX hasta el punto de extenderse a todos los estratos sociales que solían utilizarla con el propósito de vengarse y dañar al otro. A pesar de su popularización, en el siglo XX se presentó una disminución de estos ataques en el continente europeo debido a la escasez de ácido generada por las guerras mundiales. Sin embargo, más adelante se empezaron a conocer los primeros casos de ataques con ácido en Asia y su extensión por diferentes países hasta llegar a Colombia: Bangladés en 1967, Camboya en 1979, India 1982 y Colombia en 1996 con el caso de Gina Potes. En el mapa puede observar los países con más casos en los últimos años.
Según la Fundación Internacional de Sobrevivientes del Ácido
(ASTIAcid Survivors Trust International, primera organización internacional de sobrevivientes a ataques con agentes químicos, fundada en 2002.
Ver más. por sus siglas en inglés), en Colombia se presentan 100 ataques con ácido anualmente. Durante 2014 y 2015, el gobierno colombiano contó con asesoría de esta fundación para el apoyo a sobrevivientes de ataques con agentes químicos y para la prevención de estos. En su sitio web, ASTI señala que en el país aún hay mucho por hacer en materia de salud y la carencia de unidades especializadas.
Esta fundación también ha trabajado en Pakistán, donde se presentan más de 50 casos, e India, con 300 casos reportados anualmente, pero se estima que en realidad pueden llegar a 3.000. Aunque en Colombia e India es común que estos ataques sucedan en las calles, en Bangladés, el 80 % de los casos conocidos ocurren dentro de los hogares de las víctimas, según la misma fundación.