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Resignificando el bordado para resistir

Las agujas y los hilos al servicio de la rebeldía

Por Juan David Lozano Aranguren — Publicado en Plaza Capital Noviembre de 2021

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“Quería bordar algo agresivo porque normalmente se entiende al bordado como algo muy tierno, pasivo y tranquilo”, dice Ana Sofía Espitia mientras explica uno de los diseños que plasma en camisetas con reivindicaciones feministas. Se trata de una pantera negra acompañada con las palabras “rad woman”, referentes a la corriente de pensamiento feminista
radicalEl feminismo radical surgió a finales de los sesenta en EEUU. Plantea que el principal generador de desigualdades es el patriarcado (sistema de dominio que pone por encima al hombre de la mujer) y hace críticas a aspectos de la sociedad que lo sostienen, por ejemplo la familia o la iglesia. , caracterizada por ser separatista y por teorizar en torno al matrimonio, la heterosexualidad obligatoria, la prostitución y la pornografía.

Tal como dijo Ana, en el imaginario colectivo suele estar presente la idea de que el bordado -y como tal las artes textiles- son algo muy “de la casa”, “pasivo”, “decorativo” y “tranquilo”. Pero ya se ha visto que esta forma de expresarse puede ser una herramienta narrativa de reivindicación e incluso un método de catarsis.

Así lo piensa Ana, en cuyos bordados se juntan el gusto por las artes textiles -heredado de su abuela- y algo muy importante en su vida, que atraviesa su cotidianidad y manera de pensar: las experiencias siendo mujer. Como ella, otras mujeres y colectivas artísticas han encontrado en el bordado una herramienta para manifestar sus reivindicaciones, posturas y luchas. A continuación, su historias.

Líneas antes, se habló del bordado “rad woman” acompañado por una pantera negra que diseñó Ana Sofía Espitia, estudiante universitaria que se identifica con el feminismo radical. Ella, motivada por sus perspectivas ideológicas y por el gusto de bordar, decidió crear una tienda virtual en la que difunde diseños que reivindican posturas feministas y a mujeres que en sus contextos fueron víctimas de violencia machista.

El proyecto se llama KatAna y entre sus bordados están los rostros de personajes como Medusa (diosa griega) y Kathleen Hanna (vocalista de bandas ligadas al punk como Le Tigre y Bikini Kill). ¿Por qué Medusa y Kathleen Hanna? Ana cuenta:

Medusa: una mujer victimizada y revictimizada en la mitología griega


“Medusa es una figura de la mitología griega que siempre me gustó muchísimo pero que a la vez malinterpreté un montón porque nos la vendían como la villana. Pero cuando surgió el movimiento
Me Too El #Me Too es un movimiento de mujeres que surgió con el fin de denunciar agresiones y abusos sexuales de los que han sido víctimas. Tomó bastante fuerza en redes sociales durante 2017 cuando un grupo de mujeres de la industria cinematográfica denunció los abusos sexuales de los que fueron víctimas por parte del productor Harvey Wenstein., un artista hizo una estatua de Medusa sosteniendo la cabeza de Perseo y me cautivó muchísimo; no entendía el porqué. Cuando leí la historia me di cuenta de que Medusa había sido violada por Poseidón, además de que el castigo de Atenea a Medusa era cargar con las serpientes en la cabeza y que la persona a la que ella mirara se iba a transformar en piedra”.

La escultura "Creo que sus ojos son esenciales. Cuando se ve a Perseo, él está mostrando un trofeo, mientras que en mi Medusa se ve determinación, no hay una postura de éxito, sino de una mujer que se estuvo defendiendo, que más allá de vencer acaba de atravesar una tragedia", dijo Garbati a Infobae. Imagen y texto de: Infobae. de la que habla Ana fue realizada en 2008 por el artista Luciano Garbati, mide más de dos metros, está tallada en mármol y hace alusión a la
estatua "La escultura presenta el momento en el que Perseo ha cortado la cabeza de Medusa de la que aún brota sangre y salen serpientes mientras su cuerpo se retuerce bajo los pies de Mercurio que porta la espada con la que ha ejecutado la acción." Imagen y texto extraidos de: Blog Historia del arte. Perseo con la cabeza de Medusa, que reposa en la Piazza della Signoria de Florencia, Italia. Claro, es un replanteamiento del mito que, tal como el escultor Garbati le dijo al medio Infobae en 2019, ha generado diversas posiciones en la opinión pública.

“Las mujeres demuestran una gran empatía, se sienten identificadas, mientras que los hombres, en términos generales, tratan de darle una vuelta, buscan poner en tela de juicio y muchos hablan de las 'consecuencias' que puede tener la resignificación del mito", le dijo Garbati a Infobae.

Entre las mujeres que empatizaron con la obra artística de Garbati está Ana, que reflexiona respecto al mito de Medusa: “Siento que es una historia que nos deja ver las consecuencias sociales y culturales de la violencia sexual. Eso es lo que quise reflejar en el bordado; que las mujeres hemos sido víctimas de la violencia sexual en muchos momentos pero eso no nos convierte en víctimas solamente. Somos muy fuertes, capaces, poderosas y, sobre todo, peligrosas”.

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“Cada vez que bordo a Medusa me encanta darle esos matices de la mirada furiosa junto a las serpientes” Ana Sofía Espitía
Foto por: Ana Sofía Espitia




Kathleen Hanna y la reivindicación de las mujeres en el punk

Tras hablar sobre la furia de Medusa, que mimetiza la furia del feminismo radical, Ana menciona a otra mujer que personifica tales sentires y que para ella es muy importante por sus acercamientos al punk. Es Kathleen Hanna, vocalista de las bandas Le Tigre y Bikini Kill, que de acuerdo con Ana son dos de las más importantes dentro del movimiento
Riot GrrrlRiot Grrl es un movimiento que reivindica el rol y la prescencia de la mujer dentro de la escena de música alternativa (entre la que se encuentra el Punk). Una de las fíguras más representativas del movimiento es Kathleen Hanna. .

“He seguido mucho la vida de Kathleen Hanna, me genera ‘la de fascinación’ y admiro lo ‘parada’ que fue para defender los espacios de las mujeres en el punk porque básicamente no existían, eran muy escasas. Ella se dio a la tarea de mostrar que las mujeres podemos ser muy agresivas y que tenemos muchas cosas que denunciar a través del punk”.

Con hilos rosados, morados y amarillos -todos apastelados- Ana bordó a Kathleen Hanna acompañada por las palabras “rebel girl” y dos corazones en las mangas que tienen dentro el símbolo de venus, usado para representar a las mujeres. Respecto a los colores y la técnica de bordado, Ana cuenta que busca incluirles en la camiseta de tal manera que junto al diseño reflejen la dualidad entre el bordado como algo de mucho cuidado (por la precisión que hay que tener a la hora de hilar cada punto) pero que a la vez puede ser agresivo (pensando en la radicalidad y contundencia de los mensajes con reivindicaciones feministas).


Sobre la precisión que hay que tener a la hora de bordar, la profesora de la Escuela de Estudios de Género de la Universidad Nacional Tatiana Pérez dice en su texto El tejido como conocimiento, el conocimiento como tejido: reflexiones feministas en torno a la agencia de las materialidades que:

“Para las caladoras, la calidad de su trabajo está estrechamente relacionada con la capacidad de “ocultar” su mano en el producto final. Es importante, entonces, que el bordado se vea perfecto, casi como si no hubiera sido hecho por una mano humana y mundana. Así, un elemento clave del proceso del calado es la reparación de los pequeños errores que delatan la procedencia humana del tejido. Esto se hace zurciendo y remendando, metiendo hilos allí donde fueron extraídos los que se debían extraer, escondiendo remates y cabos de fibras sueltas. En otras palabras, hay un esfuerzo por esconder el bordado dentro del propio bordado”.

Del otro lado de la dualidad que Ana buscó representar en el bordado de Kathleen Hanna se encuentra la agresividad, que está representada en el diseño y en las reivindicaciones de la artista bordada. Al respecto, Catalina Chacón -que compró la camiseta de Kathleen- dice que se interesó en la prenda porque:

“Ella (Kathleen hanna) me llama mucho la atención como figura porque la escena punk es muy masculina y todo este movimiento Riot Grrrl (impulsado por ella) lo que hizo fue intentar reivindicar el espacio para darle cabida a las mujeres. Aunque no solo buscaban darles cabida sino garantizarles un espacio donde pudieran cantar la música y las letras que quisieran para generar protestas frente a las cosas que les molestaban dentro de la escena, como ser excluidas y reducidas a una figura tierna que no puede ser agresiva”.

¿Quiere saber cuánto tiempo puede demorar el bordado y de qué factores depende? ¿Sabía que viendo el resultado puede reconocer el estado de ánimo y la sensibilidad de la persona que lo punteó? Entérese escuchando el siguiente podcast:

Bordando Y Resistiendo

Pasando del diseño al acto de resignificar el bordado para entenderlo ya no como una labor de cuidado sino como un acto de reivindicación, Catalina comenta: “El bordado tradicionalmente se ha entendido como una labor femenina para arreglar ropa y ponerla bonita. Entonces, que Ana decida bordar mujeres es un acto de apropiarse de aquello que tradicionalmente se devalúa para darle el valor que se merece”.

Dejando de lado lo visible del bordado de Kathleen, Ana profundiza y habla de cómo pensarse el diseño y bordar cada punto fue una catarsis de vivencias, como de la vez que fue víctima de abuso sexual en la calle. Escuchar las canciones de Kathleen todos los días y llevarla a los hilos la ayudaron a sentir: “una rabia buena y a pensar ‘jueputa’, esto me pasó pero no es culpa mía, no fue un descuido mío. Simplemente los hombres son así y me tuve que enfrentar a ello, pero no voy a dejar que lo que pasó sea lo que defina mi vida”.