Gabriel Parra es un inversionista que vive completamente de hacer y enseñar trading. Comenzó hace 8 años cuando estaba en la universidad mientras estudiaba ingeniería comercial. Considera que el trading es “el mejor negocio del planeta” siempre y cuando se haga bien. Desde hace dos años Gabriel empezó a enseñar trading a las personas que le mostraban su interés por aprender y en febrero de 2020 fundó su propia academia Capital Makers.
A pesar de que Gabriel se graduó como ingeniero comercial, nunca ejerció su carrera, pues decidió dedicarse al máximo a aprender trading. “Hice la carrera por simple compromiso, por el título, porque no se necesita uno para tener éxito en el mundo de los negocios. Apenas entendí el trading, me dediqué el 100% a este negocio”, afirma Gabriel.
Emmanuel Quiroga, sociólogo de la Universidad del Rosario, asegura que el trading a pesar de no ser una dinámica relacionada con la educación formal, se hace una inversión no sólo de dinero, también de recursos, tiempo y esfuerzo y que por tanto se convierte en una apuesta que cualquier persona podría hacer para mejorar su situación actual.
“También puede ser atractivo este tipo de carreras en la medida en que son escasas, cuando hay escasez de personas involucradas allí, en comparación con personas que tienen un tipo de educación convencional. Al haber menos personas involucradas, habrá mayores ganancias, por eso es este interés de meterle la ficha”, afirma Emmanuel.
Wendy Barreto es otra profesional colombiana que decidió dejar a un lado su carrera como ingeniera comercial, para dedicarse únicamente a hacer y enseñar trading. Hace un poco más de tres años, Wendy se dedicaba a supervisar proyectos de estructuras metálicas para petroleras, sin embargo, con el tiempo se dio cuenta que el trading le generaba más ingresos que su empleo y por esa razón decidió enfocarse de lleno a los negocios en los mercados financieros.
“Dos razones fueron las que me motivaron para hacer trading: la primera es yo pudiera decidir mis tiempos, dedicarme a realizar otras actividades sin tener exclusivamente un horario de oficina de 24/7. Y la segunda, es que al graduarme mi primer impacto fue buscar trabajo, en la mayoría de ellos el pago era muy bajo (el mínimo) y el tiempo para este era completo. Muchos no me aceptaban por no tener experiencia laboral en mi campo”, dice Wendy.
Frente a este tema de que los profesionales dejen a un lado sus carreras por dedicarse a hacer trading para vivir de él, asegura que queda en evidencia “la imposibilidad de todo el sistema productivo y laboral de generar empleos desde lo productivo y va generando un margen cada vez mayor para que desde estos enfoques de especulación se generen estas opciones para ganar dinero”.