Naturalmente, la industria musical ha tenido evoluciones en cuanto a sus modelos de trabajo y financiamiento, que se han visto impulsados con la llegada de la pandemia por covid-19. Si bien las grandes disqueras siguen al mando del negocio de la producción y distribución de la música de los artistas reconocidos mundialmente, son otras las vías en las que estas grandes empresas obtienen dinero de dichos productos. En el
streamingstreaming: contenidos que se transmiten directamente desde internet sin necesidad de descargarlos. Lea más aquí. también es donde los artistas independientes tienen el escenario y la posibilidad de ser artistas reconocidos, así las nuevas plataformas unen diferentes trayectorias de la industria musical.
A diferencia de décadas pasadas, en la actualidad es mucho más fácil crear, producir y distribuir música de manera independiente. “Las plataformas no te condenan la música, no te la ocultan. Es una responsabilidad meramente del artista o de la banda que tengan buena recepción”, explica Moshi de la agrupación Medved. Esto ha impulsado, a su vez, a las grandes compañías a migrar a distribuir la música vía streaming, mediante plataformas digitales, sustituyendo el negocio de las copias impresas, que ya estaba en decadencia, por los millones de reproducciones en internet. Un ejemplo de esto es Spotify, plataforma que ya se encuentra disponible en 79 países y para finales del 2020 ya contaba con 500 millones de suscriptores activos, el 31 % de estos
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El diálogo con el público se ve frenado por una pantalla. Se han tenido que limitar a mirar los comentarios y reacciones en redes sociales para acercarse a ellos.
Otra transformación que se dio gracias a los avances técnicos y tecnológicos fue la migración a los conciertos streaming. “En realidad, no existe una manera de saber la experiencia de la gente, estamos pendiente de las reacciones en redes”, comenta Luis Miguel Olivar, manager del cantautor colombiano Andrés Cepeda. Además, Olivar menciona que ha sido una situación difícil porque el diálogo con el público se ve frenado por una pantalla. Se han tenido que limitar a mirar los comentarios y reacciones en redes sociales para acercarse a ellos. Según Luis Miguel, con esto, sea más difícil convencer a la gente de unirse a un concierto donde no van a tener la calidez del artista en escena.
Esto mismo ocurre en los lanzamientos de las nuevas producciones discográficas. Andrés Cepeda sacó Trece el año pasado y tuvo que hacer la promoción del mismo con videos en redes sociales y entrevistas virtuales con los medios de comunicación, adaptando así las estrategias de marketing para que el público conozca las nuevas canciones. Agrupaciones como Peerz consideran que para llegarle a los consumidores es necesario mostrar el lado humano de la banda, “la gente conecta con la gente, entonces subimos lo que subimos para que se sientan como en parche, no como si fuéramos alguien por encima. Es algo más significativo que solo sacar música por sacarla”, menciona el vocalista Juan Pablo Vásquez
Los engranajes de una nueva economía
Es cada vez más frecuente encontrar en internet, o incluso en conversaciones cotidianas, el término streaming al referirse a la manera en la que las audiencias consumen música. Según el diccionario de Oxford Languages, streaming se refiere a la “tecnología que permite ver y oír contenidos que se transmiten desde internet u otra red sin tener que descargar previamente los datos al dispositivo desde el que se visualiza y oye el archivo”. Esta modalidad ha transformado por completo el negocio de distribución musical a nivel mundial.
Hoy en día los artistas cuentan con diferentes opciones a la hora de distribuir su música, ya no es necesario que una disquera o una estación radiofónica les acepte sus obras sonoras, sino que ellos mismos pueden ser los responsables de la distribución y difusión. Sin embargo, las ganancias pueden ser mínimas o llenas de pequeñas barreras que hacen que llegar al éxito sea un trabajo de años.
Si quiere saber más acerca del funcionamiento de la distribución de música vía streaming, y cuánto dinero se puede generar a partir de esta modalidad de consumo, no deje de ver el siguiente video.
Este tipo de plataformas cuenta con diferentes funcionamientos y tipos de contratos que facilitan el proceso de distribución. Juan Arbeláez, jefe de marca de Believe Music, explica que hay principalmente dos tipos de formas de subir la música: el primero es aquel en el cual el artista hace todo por sí mismo. “El artista tendría que realizar los contratos con cada plataforma para vigilar y realizar las solicitudes de cobro. Esto es inviable porque hay más de 250 plataformas a nivel mundial”, señala Arbeláez. Mientras que en el segundo es que sea cliente de una
agregadoraAgregadoras musicales: empresas que prestan el servicio de ser intermediarios tecnicos entre los artistas y las plataformas. Lea más aquí. la cual ya tiene los contratos con las plataformas. Dentro de estas distribuidoras musicales existen dos tipos de contrataciones las cuales Arbeláez explica en la siguiente infografía:
Si bien, a primer vistazo el surgimiento de estas plataformas digitales ha facilitado la producción y distribución de música independiente, democratizando el acceso a la industria para un público mucho más amplio, se ha amplificado también el surgimiento de este tipo de artistas, provocando una excesiva competencia entre ellos por la atención del público. “Es fácil sacar música, pero es difícil en el sentido de que hay mucha gente sacando. Entonces, cuando uno inicia estos proyectos toca pensar en un diferencial y tratarlo como una empresa”, afirma el artista bogotano Luis Aguirre al respecto.
Esta democratización también trae consigo la necesidad de tener grandes cantidades de reproducciones para generar ganancias. “Tú subes la canción y hasta luego de las mil reproducciones te dan como un dólar. A nivel Maluma eso es muchísima plata, pero yo creo que tengo como 16 dólares”, explica Laura Mantilla respecto a este proceso. Esto ha hecho que, si bien sea fácil la participación en estas plataformas y que su música se pueda escuchar en gran variedad de ellas, también ha puesto sobre la mesa las dificultades que tienen los artistas para vivir exclusivamente de las reproducciones streaming cuando están incursionando en la industria.
"Cada vez al artista le queda más difícil en cuestiones de ingreso, son pequeños ya que primero va a la disquera y después una fracción al artista y se necesita gran cantidad de reproducciones”
Además, para los artistas ya firmados, como Andrés Cepeda, las ganancias se dividen entre la disquera, el artista y su equipo. “Cada vez al artista le queda más difícil en cuestiones de ingreso, son pequeños ya que primero va a la disquera y después una fracción al artista y se necesita gran cantidad de reproducciones”, explica Olivar. Además, añade que “definitivamente, en el mundo artístico, no hay como el ingreso del concierto”. Sumado a esto, Juan Arbeláez explica que la importancia de conseguir un público fiel que le dé “me gusta”, comente y siga a los artistas, de esta manera los algoritmos de las redes sociales favorecerán que la música sea replicada con mayor facilidad y se recomiende a nuevos usuarios.
Las facetas de las nuevas presentaciones y plataformas
Aunque las productoras han intentado sustituir las presentaciones en vivo, en estadios llenos de personas, por la transmisión de conciertos pregrabados por los artistas, no se ha logrado el mismo nivel de recaudación económica que con los eventos que se realizaban antes de la contingencia provocada por la pandemia de covid-19. Además, según el estudio Global Music Industry Model publicado por MIDIA muestra que las ganancias de la industria musical no solo cayeron con la falta de conciertos, sino que también la venta de mercancía y los patrocinios bajo en un 54% y 30% respectivamente. “En la industria del entretenimiento en vivo, ahora todos nos esmeramos más, cuidamos nuestro trabajo”, afirma John Buitrago respecto al panorama económico actual de la música.
"La venta de mercancía y los patrocinios bajo en un 54% y 30% respectivamente”
Las presentaciones virtuales poseen dos caras de una moneda. Por un lado, ha permitido que los artistas se conecten con su público y el personal de logística se pueda volver a vincular en su trabajo. Pero, por otro, las ganancias de un concierto virtual no son equiparables con uno presencial. “Existe una gran diferencia entre el precio de una boleta física y una virtual porque antes era ‘cada niño con su boleta’, entonces los ingresos sí son menores”, expone Luis Miguel. Sin embargo, también aclara que dichas presentaciones son un paso para poder brindarles esta experiencia a los fans.
Aunque el costo del montaje de estos conciertos va a depender de la producción que se necesite, variables como el internet de los asistentes a los conciertos virtuales se salen de las manos de la organización del mismo. Esto hace que se afecte de manera directa la percepción que tienen de esta alternativa ya que depende de factores externos a ellos.
A pesar del daño económico y los empleados perdidos, los trabajadores de la industria musical tienen el anhelo de poder regresar pronto a los escenarios para sentir de nuevo la energía del público. Ellos más que nadie, necesitan volver a las tarimas, los escenarios, los bares. El show debe continuar.