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Los comerciantes resisten ante la contingencia

Resiliencia en la avenida Caracas: adaptaciones de los comerciantes durante la obra del metro

Por Mariana Bermúdez, Gabriela Barreiro y Natalia Villamil Publicado en Plaza Capital en septiembre, 2024

Omar* es uno de los vendedores informales que cada mañana, a excepción de los domingos, se ubica en la esquina de la calle 72, frente a la polisombra que recubre la obra. Como otros de los comerciantes que aún quedan en la zona, ubica su negocio de jugos de naranja en este lugar, uno de los puntos más estratégicos para ser visto. La realidad es que hacerse notar en este espacio reducido y cada vez menos transitado cuesta, pero por lo menos en esta esquina es posible hacer algunas ventas, gracias a las personas que pasan rodeando la obra. A pesar de ser un vendedor informal, su puesto que cumple la función de “carrito movible” fue entregado por la Alcaldía y tiene el debido permiso de estar ubicado en esta dirección, razón por la que no está dentro de sus planes retirarse, por el contrario, piensa estar allí hasta el último momento.

Muchos de los vendedores de la avenida Caracas han tomado diferentes acciones en torno al cierre de las vías y las estaciones por la llegada del metro. Dentro de sus alternativas se encuentran, distribuirse en puntos estratégicos con más flujo de personas, modificar los horarios de apertura y cierre de los locales, recortar el personal y los turnos, no abrir los domingos, entre muchas otras. Sin embargo, la preocupación continua en mantener su negocio con el paso del tiempo.

En el caso de la estación Calle 72, a partir del sábado 13 de julio de 2024 dejó de operar totalmente por los avances en la construcción de la primera línea del metro de Bogotá. A su alrededor hoy se visualiza un panorama lleno de malla verde y lata con publicidad del metro que encierra gran parte de la avenida Caracas y en especial la calle 72. Hoy los pocos comerciantes que quedan en la zona se han adaptado con el paso de los meses para sobrevivir a las afectaciones generadas por la obra.

Se estima que las obras por la avenida Caracas durarán aproximadamente 2 años o más.

En una situación similar a la de Omar, se encuentra Oscar Tristancho, empleado desde hace 10 años de una de las cafeterías ubicadas en la calle 72. Como trabajador durante tanto tiempo en este lugar, ya conoce completamente las dinámicas del negocio y sabe que es difícil seguir manteniendo las ventas en un sector donde cada vez quedan menos personas, y con ello el comercio se extingue. Las oficinas se desplazan, la mayoría de los edificios y locales están en arriendo y las fechas de entrega de la obra se alargan cada vez más. Este negocio, como muchos otros, ha intentado adaptarse disminuyendo sus horarios de atención, ahora cierran una o dos horas antes. Los domingos ya no abren, debido al poco flujo de personas en la zona, y el personal se ha reducido a la mitad.

El cierre de la estación es reciente, pero la calle 72 comenzó a ser intervenida desde el 17 de septiembre del 2021 por la Empresa Metro de Bogotá. Inicialmente, lo que contempla esta obra es aliviar el tráfico vehicular de la zona, con la construcción de un deprimido fundamental para conectar Transmilenio con la Estación 16 del metro, la cual se ubicará como una de las últimas de la primera línea. Sin embargo, este intercambiador vial, que se planeaba fuera entregado el próximo 8 de octubre del presente año, no cumplirá con los tiempos pactados y retrasara la obra.

En 2022, un grupo de 11 comerciantes del sector de la calle 72, liderados por Abraham Abramzon, presentaron una acción popular en contra de la construcción del viaducto para proteger los derechos colectivos de los residentes. Aunque no se oponen a la primera línea del metro, están en desacuerdo con el deprimido, alegando que ha generado una reducción en ventas y la mala reforma de espacios públicos. Además, les preocupa la reconstrucción de andenes que, según alegaron en la acción, va a tener una disminución en el tráfico de personas. No obstante, la respuesta de la Empresa Metro aseguró que no se realizará una disminución, por el contrario, se implementarán 3.000 m² en el espacio público para peatones y ciclistas.

En cuestión de adaptabilidad durante cualquier obra que se planifique en la ciudad, es clave que se dé cumplimiento en los tiempos de entrega, así como, hacer un seguimiento continuo al comercio de la zona, para que estos puedan tomar medidas pertinentes ante las afectaciones. Juan Esteban Orrego, director ejecutivo de la Federación Nacional de Comerciantes Empresarios (FENALCO) Bogotá, menciona que, los comerciantes optan por adaptarse de diversas maneras tales como: “hacer una negociación con el dueño del local, si está en arriendo. Tiene que manejar inventarios de manera totalmente diferente. El personal que tiene pues, muchos de ellos los tienen que liquidar o tiene que inventarse alguna figura que les permita, programado, lograr que la afectación sea lo menos posible”

Por la zona, quedan muy pocos locales formales abiertos. El lugar en el que trabaja Oscar es uno de ellos, que desde el 2021 ha visto afectaciones por la construcción y que ahora no sabe cómo seguirá afrontando más cierres como el de la estación calle 72. Es evidente que son contados los negocios que han logrado sostenerse, y que, entre ellos, los que siguen abarcando un gran espacio, son en su mayoría almacenes de cadena con reconocimiento, entre estos la Panamericana, marcas de ropa como Ostu y Drogas La Rebaja. De todos modos, son más los locales que están cerrados y con amplios avisos de “se arrienda”.

Plaza Capital intentó comunicarse en repetidas ocasiones con los dueños de los locales, a través de sus avisos de “Se vende o Se arrienda”, y no recibió respuesta. En el lugar, algunos locales incluso parecen estar en estado de abandono.

Marly: otra estación en un camino difícil a la adaptación

Por la misma avenida Caracas, sobre la calle 50, otra estación de Transmilenio cerró desde el 25 de mayo de este año. Marly es otro de los paraderos de los buses biarticulados rojos que ya fue retirada completamente del servicio de transporte. A sus alrededores es típico encontrar centros médicos, cafeterías, algunos restaurantes, pero uno de los negocios más reconocidos de esta zona son las tiendas de segunda mano.

Mientras la construcción del metro avanza con normalidad, el negocio de Martha*, de ropa de segunda mano, se enfrenta a la disminución en ventas, cerrando una hora antes, dejando de abrir la tienda los domingos y soportando el polvo, el ruido y las vibraciones constantes por la construcción. Ella solo exige que se le informe la fecha exacta en la que terminara la obra, pero, aunque hay reuniones en el sector tanto para residentes como para comerciantes de la zona, ella indica que siempre hay fechas de inicio muy claras, pero no de finalización.

La Alcaldía Mayor de Bogotá, en alianza con la Empresa Metro de Bogotá, ha puesto diversos canales de atención con información, entre estos, la página web (haga click aquí para ir a la página). En ella se encuentran, los planes de estudio y tiempos de entrega de cada tramo de la obra. Aun cuando esto permite conocer más sobre el avance del metro, el antecedente de incumplimiento en las obras de la ciudad pone en alerta a los comerciantes de la zona.

La llegada del metro traería grandes cambios en las dinámicas del comercio. Como lo indica Fernando Rojas, historiador que ha realizado estudios sobre la avenida Caracas, "muy seguramente vamos a tener centros comerciales, tiendas, restaurantes, locales de ropa y de tecnología. Va a ser una transformación enorme en esa vía”. En este sentido, es posible que los vendedores logren mantenerse en este espacio, pero de manera más formal y acoplándose a la nueva infraestructura que tomara la avenida tras el metro.

La transformación de una de las principales vías de la ciudad, como lo es la Caracas, cambia la movilidad de quienes transitan, trabajan, viven y venden en este lugar de Bogotá. Incluso actividades de recreación y deporte, como la ciclovía los domingos, son espacios con los que ya no se cuenta y que tardaran en retomarse.

Sin duda el comercio de la Calle 72 es uno de los que más se ha visto afectado por los cierres a largo plazo, pero las recientes obras en otros puntos como la estación Marly y calle 63 muestran un panorama en el que el comercio no solo tendrá que buscar adaptarse durante la construcción del metro, también deberá acoplarse a los cambios que tenga la avenida Caracas de aquí en adelante.