Las opciones para tratar la alopecia son muchas, y elegir una depende del tipo de alopecia que se padece. Estos tratamientos van desde shampoos anticaída, lociones y suplementos hasta infiltraciones e inyecciones en el cuero cabelludo. Todos suelen ser costosos.

Annie Espejo es una joven de 20 años que sufre de alopecia areata desde el 2020. Después de descubrir que su cabello se estaba cayendo decidió buscar una cita con un dermatólogo en su EPS. La cita le fue asignada tres meses después por lo que prefirió buscar la opinión de un médico particular. Esta cita, que costó alrededor de 200 mil pesos, fue solo el comienzo de los gastos que tendría debido a su enfermedad.

Después de dar con el supuesto diagnóstico, Annie probó todos los tratamientos y suplementos que le recomendaron; shampoos, multivitamínicos, tratamientos con plasma, inyecciones e infiltraciones. Todo fue costeado por su familia. En la actualidad, Annie perdió todo su cabello, a veces crecen algunos brotes aislados pero no con la suficiente fuerza para recuperar el largo anterior.

Además, “el tratamiento está cubierto por el paciente, porque son productos dermocosméticos que no están incluidos en nuestro Plan Básico de Salud (PBS)”, explica la dermatóloga María Paulina Domínguez. Esto significa que los medicamentos y tratamiento no los cubren las Entidades Prestadoras de Salud (EPS). Apenas desde el año pasado se incluyeron algunoscorticosteroidesCorticosteriodes son una clase de esteroides que se utilizan como tratamiento contra la inflamación. En el caso de la alopecia pueden ayudar a los folículos irritados y fomentar el crecimiento del pelo.-que se usan para restablecer el crecimiento del folículo piloso- en el PBS.

La familia de Annie, al igual que tantas otras familias colombianas, tuvo que pagar los tratamientos de su alopecia sin ayuda de EPS o prepagada. Esto con el agravante de que no tiene un diagnóstico formal. Después de consultar con varios especialistas, el diagnóstico fue de alopecia areata, pero dice que hay características de esta alopecia que no coinciden con los síntomas de Annie.

La alopecia, sin importar el tipo, no es considerada como un riesgo para la vida. Es por esto que su tratamiento no está cubierto en el Plan Básico de Salud, ya que es considerado como un procedimiento cosmético y el PBS excluye cualquier medicamento o tratamiento que tenga como finalidad “un propósito cosmético no relacionado con la capacidad vital o funcional de las personas”, según indica el Ministerio de Salud.

Legalmente, un paciente puede lograr que su EPS cubra su tratamiento y medicamentos a través de una tutela. Sin embargo, es un proceso dispendioso y que también puede representar un gasto monetario, por lo cual muchos pacientes, que se encuentran en condiciones económicas que lo permiten, optan por costear sus tratamientos de forma particular, explica Alberto Botero, médico internista.

A esto se le suma el hecho de largas esperas para conseguir cita con un especialista mediante las EPS. Muchos pacientes no pueden ni quieren esperar periodos de tiempo de semanas, o hasta meses, y prefieren pagar una cita con un especialista particular. Además, como en el caso de Annie, el diagnóstico no llega fácil ni rápido, el costo de la enfermedad sigue en aumento entre más exámenes y más citas con diferentes profesionales, adicional al costo de los tratamientos.

Uno de estos gastos adicionales es el de las pelucas. Las mujeres que sufren de esta condición recurren a las pelucas cuando la pérdida de cabello comienza a ser notoria. El precio de estas varía mucho, pues depende si es de pelo natural o sintético, la calidad del tejido, el tipo, el largo, entre otros factores.

Annie, por ejemplo, compró su primera peluca a través de internet por 75 mil pesos. Ella la pidió desde China, pero descubrió que en Estados Unidos encuentra más variedad y pelucas de mejor calidad. Allí encontró pelucas de colores entre los 100 y 120 dólares, es decir, entre 400 y 500 mil pesos colombianos. Todas las pelucas de Annie son sintéticas y tiene alrededor de cinco tipos distintos de pelucas.

Sin embargo, entre más reales se vean tienen un precio más elevado. Las pelucas de mejor calidad y apariencia son las conocidas como‘judías’Se le llaman judias a las pelucas de origen y manufactura judía. Estas son reconocidas por su alta calidad, ya que las mujeres judías ortodoxas no deben mostrar su pelo después de casarse. Tradicionalmente utilizan pelucas para cubrirse.. Estas tienen precios por encima de los mil dólares, pues, además, son de pelo humano y hechas a mano. La diferencia en precios se debe a la calidad y los cuidados que se le deben dar a la peluca. Las de pelo real resisten herramientas de calor como planchas y secadores, e incluso se pueden someter a tintes, mientras que las sintéticas no.

Sufrir una enfermedad como la alopecia tiene una carga emocional, psicológica y económica bastante alta. La situación, privilegiada o no, de un paciente que sufre de alopecia puede ser determinante para el progreso de la enfermedad o su curación, e incide en la psicología del paciente. Esto porque el acceso a medicamentos y tratamientos es muy limitado, y las implicaciones sociales pueden hacer que se tenga que incurrir en gastos adicionales de carácter estético que pueden ser altísimos.