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Perder el pelo y perder la cabeza:
¿Qué hace la alopecia a nivel psicológico
en las personas que lo sufren?

La salud mental y la alopecia

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Laura tiene 19 años y en 2021 desarrolló alopecia areata después de sufrir un episodio de estrés post quirúrgico. El tiempo en el hospital, sumado al esfuerzo que tuvo que hacer su cuerpo para recuperarse luego de caer enferma, hizo que su cabello comenzará a caerse. Su reacción inmediata fue acudir a un tricólogo, un médico especializado en cabello y cuero cabelludo, para revisar la situación. Ella sabía que la caída de su cabello era algo fuera de lo común y debía prestarle atención.

La alopecia es una enfermedad que, por sí misma, no representa un riesgo para la vida ni para la salud física. Si bien puede ser síntoma o muestra de otras enfermedades, como anemia o desórdenes que afectan el cuerpo, perder el cabello no pone en riesgo de muerte a nadie.

Lo que sí es cierto es que puede llegar a afectar la autoestima de quienes viven con esta condición. El cambio repentino e indeseado en su apariencia puede generar alteraciones en la autopercepción y la forma en la que se relacionan con los demás.

“Me preocupaban muchas cosas. No sabía si la caída del cabello era temporal, si me iba a quedar con esos huecos en la cabeza, si alguien se iba a dar cuenta y qué iban a decir si se daban cuenta”, recuerda la joven. Antes del diagnóstico Laura sentía una angustia recurrente al pensar en la posibilidad de perder el pelo. Sobre todo, la incertidumbre estaba en que no sabía la causa de la caída y, por lo tanto, no estaba segura de cómo podía evitarla.

“El hecho de que mi cabello se cayera y que no fuera elección mía fue sentir que me estaban arrebatando una parte de mi identidad femenina”, explica la joven. María Alejandra García, psicóloga, afirma que las ideas preestablecidas sobre lo que es bello y aceptable estaban implantadas en los pensamientos de Laura.

Alejandra Ramírez, comunicadora y máster en género y sexualidad, explica que, en la actualidad, uno de los mayores factores que constituyen la belleza femenina es el cabello. En realidad, no es cualquier tipo de cabello sino es el cabello largo, liso, saludable y natural. “El sistema machista ha creado un molde de belleza en el que las mujeres deben encajar para ser consideradas bellas”, explica la experta. Así como lo dice Laura, su cabello era parte de su identidad como mujer pues constantemente se forma una relación entre cabello largo y feminidad, y cabello corto y masculinidad.

En consecuencia, al ver que ella no encajaba en este preconcepto el valor que tenía sobre su físico empezó a ser más importante que su personalidad. La psicóloga Garcia explica que una buena autoestima está compuesta en un 50 % por el físico y en un 50% por la personalidad de la persona.

En el momento en el que alguien le da más valor a uno de los dos hay un desbalance que resulta en una baja autoestima. La solución es trabajar en que la persona resalte y considere otros aspectos que sean de su agrado para superar esta primera incomodidad.

García explica que los cambios en la imagen pueden afectar de forma positiva o negativa la autoestima de las personas. Esta profesional de la salud mental explica que la autoestima es la concepción que tenemos de nosotros mismos y está configurada por factores como el respeto y el valor que nos damos.

La idea de “querernos a nosotros mismos” a pesar de ser una cuestión aparentemente interna está influenciada por el exterior. Es decir, las ideas preestablecidas en la sociedad, las opiniones de las personas que queremos e incluso la cultura que nos rodea. García explica que la realidad es un constructo social que nos envuelve y, por ende, condiciona la forma en la que nos sentimos con nosotros mismos.

Julián Barrera · Silenciosa, dolorosa y costosa: así vive la vida una mujer con alopecia

Enfrentar una enfermedad puede cambiar la forma en la que se ve una persona. Por ejemplo, bajar o subir de peso, tener cicatrices en lugares visibles, presentar cambios en el tono de la piel o perder el cabello de forma parcial o total. Estos cambios muchas veces no son deseados por el paciente pero, según la psicóloga, la afectación en el autoestima se presenta por dos situaciones: el valor que le da la persona al cambio y la retroalimentación que recibe frente al mismo.

Laura explica que en el momento en el que comenzó a perder el cabello la relación que tenía con este cambio. Pasó de ser algo a lo que no le prestaba atención a ser el centro de su vida. Usaba gorras casi todos los días y estaba pendiente de su cabello todo el tiempo porque esto le permitía cubrir los huecos en la parte baja de su cabeza.

“El cabello funciona como una carta de presentación. Dependiendo de la afectación del paciente se remite a la parte psicológica, y a las mujeres las afecta más”, explica la dermatóloga María Paulina Domínguez.

Alejandro Chavarriaga, un joven de 24 años, fue diagnosticado con alopecia androgenética a los 21, tres años después de que se presentaron los primeros síntomas de caída.

“Yo desde que era niño tenía el fantasma persiguiéndome de que en toda mi familia materna, todos los hombres eran calvos”, explica Alejandro. Al diagnosticarlo le realizaron exámenes médicos para descartar algún desorden hormonal o enfermedad autoinmune, pero Alejandro afirma que ya sabía que era genético y no se interesó mucho en evitar la calvicie.

Algunos pacientes, al perder el pelo, procuran cuidar otras partes de su cuerpo para compensar la falta de pelo. Este tipo de compensación no se limita a casos de mujeres solamente. “En mi caso tengo la fortuna de tener barba y entonces pues ya juego con lo que tengo, procuro como tener la barba linda y sí, evidentemente es algo que te ayuda a contrarrestar”, explica Alejandro.

Adicional al acompañamiento psicológico, el humor puede jugar un papel importante en la aceptación de la alopecia. Tal como lo explica María Margarita Villota, psicóloga clínica, “El humor es una respuesta biológica que puede ayudar a aliviar tensión, miedo y ansiedad, y es muy útil cuando una persona se enfrenta a una enfermedad”.

Esta misma es la posición que Alejandro ha tomado frente al tema de quedarse calvo tan joven. “Yo creo que el humor es una herramienta que sirve mucho para afrontar estas situaciones. Uno hace un par de chistes y la tensión se acabó y eso hace que sea un poco más ameno” afirma.

La alopecia es una enfermedad que puede afectar tanto a hombres como a mujeres pero la relación que establece cada género con el cabello es distinta. Mientras que para Alejandro fue sencillo aceptar su calvicie, para Laura la caída de su cabello, que no fue definitiva ni constante, representó angustia y preocupación.

Ramirez explica que a nivel social está más aceptado ver a un hombre calvo que a una mujer calva. Los niveles bajos de aceptación en la calvicie femenina son los que fomentan que las mujeres hagan más esfuerzos por solucionar u ocultar su pérdida de cabello. La aceptación tiene que ver con la idea de feminidad y masculinidad en la que se ve como incompatible el cabello corto o la calvicie con lo femenino.

Según García, existen estándares de belleza distintos para hombres y mujeres respecto al cabello y al aspecto físico en general. Mientras que un hombre calvo puede ser considerado guapo y masculino, la primera suposición frente a una mujer calva es que tiene cáncer. El sistema en el que funciona la sociedad ha juzgado más el aspecto físico de las mujeres que el de los hombres. Por esto mismo es que ellas se sienten más presionadas a cuidarlo. La psicóloga aclara que la presión que le aplica el sistema a las mujeres hace que sean más propensas a desarrollar problemas de autoestima relacionados con su aspecto.

A Laura le preocupaba perder su cabello no porque fuera esencial para su vida —pues antes no le prestaba atención— sino porque la gente la podía juzgar. Entonces, los problemas de autoestima que sufren las mujeres vienen siendo gracias no a la pérdida de cabello sino a las reacciones que esto genera. Los comentarios de la gente y las miradas extrañas que no pasan desapercibidas son las culpables de minar la autoestima de las mujeres. La condición de calvicie es eso, una condición, las reacciones de la gente son las que hacen de esta condición algo problemático y difícil de llevar.