María Alejandra es una joven bogotana de 21 años. Había dado por sentado que tendría su cabello toda la vida. En su adolescencia cambió el color de las puntas varias veces y siempre intentaba probar nuevos estilos. Aplicaba calor constantemente por medio de secadores, planchas y rizadores que le daban un cambio de look de vez en cuando. Tenía el cabello largo y abundante y si bien podía verse lastimado por los procesos a los que lo sometía era, en general, cabello sano.
En 2019, ella comenzó a notar que en su casa siempre había cabellos en el piso, en su cepillo y en el baño. En un principio la caída, que para ella era inusual, no reportó nada raro en concepto de su dermatólogo. A comienzos de 2021, y al ver que su condición no mejoraba, optó por buscar un nuevo profesional que detectó huecos en la parte más alta de su cabeza. En ese momento ella confirmó que la sensación de tener menos cabello era real. El diagnóstico: alopecia areata y tricotilomanía.
John Bernardo Arcos, dermatólogo clínico, explica que la alopecia es la disminución en la cantidad de cabello que tiene una persona. Esta enfermedad se puede presentar por distintas afectaciones en la salud y puede ser temporal o permanente. Así como María Alejandra, tanto hombres como mujeres sufren de esta enfermedad silenciosa.
El dermatólogo explica que enfermedades como el hipertiroidismo, el hipoteroidismo y la anemia pueden ser causantes de alopecia. Las enfermedades autoinmunes como el lupus, la artritis reumatoidea y la enfermedad de Liken tienen dentro de sus efectos colaterales la pérdida del cabello. Incluso algunos tipos de alopecia en sí son una enfermedad autoinmune.
Según Arcos, problemas de salud mental como episodios de estrés, ansiedad y depresión pueden provocar o acelerar la alopecia. “Dado que el cabello se cae todos los días, la gente no se da cuenta. El paso del tiempo permite que el cabello disminuya y los huecos se hagan más visibles lo que es, la mayoría de veces, lo que alerta a los pacientes”, explica el doctor.
La caída del cabello, además, tiene distintos patrones según el tipo de alopecia del paciente. Los más comunes se presentan en la parte más alta de la cabeza hasta expandirse a los lados y el retroceso constante de la línea del cabello.
En el caso de María Alejandra, el tipo de alopecia que ella presenta es alopecia areata. La dermatóloga María Paulina Domínguez la define como una pérdida localizada del cabello que se da en forma de monedas o parches y cuya principal causa es el estrés.
Sumado a esto, Maria Alejandra sufre de tricotilomanía, una conducta que hace que, a causa del estrés y la ansiedad, las personas se arranquen el cabello. El doctor Arcos explica que existe la tracción automática que sucede cuando el paciente arranca el cabello sin ser consciente de sus acciones y la tracción focalizada que sucede a propósito.
María Alejandra cuenta que la tricotilomanía era “La principal causa por la que se me notaba la caída del cabello porque así yo estuviera haciendo todos mis medicamentos, todos mis procesos pues una parte de mí seguía arrancándome mis pelitos”.Ella ya tenía desarrollados tres huecos en la cabeza y el cabello que se mantenía largo y resistente se caía porque ella lo arrancaba.
El tratamiento que se aplica para tratar la alopecia, explica la doctora Dominguez, depende del paciente y del tipo de condición que esté enfrentando. Dado que la enfermedad puede presentarse por condiciones físicas, médicas o psicológicas, debe hacerse un chequeo detallado respecto a la condición. Por ejemplo, Dominguez, explica que si un paciente está perdiendo el cabello a causa de una anemia por bajo consumo de carne entonces la solución es un cambio en su dieta.
En otras ocasiones es necesario indagar en búsqueda de desórdenes hormonales y enfermedades autoinmunes. María Alejandra, por ejemplo, tuvo distintos exámenes sanguíneos para descartar problemas en su tiroides y encontrar algún tipo de exceso o ausencia de una hormona.
En particular, estos chequeos buscan excesos de hormonas masculinas como testosterona y androsterona, causantes de alopecia androgenética. El doctor Arcos explica que si bien este tipo de alopecia es el más común en hombres puede llegar a afectar hasta el 50 % de mujeres.
Esta condición puede tratarse a través de tratamientos tópicos como shampoos anticaída, espumas o sprays para fortalecer el cuero cabelludo y los folículos pilosos. Los tratamientos orales como vitaminas y suplementos hacen parte de la primera línea de respuesta a la caída.
Los medicamentos tienen la intención de reducir las afectaciones en el cabello y, a menos de que la alopecia sea permanente, deberían lograr detener la caída. Además, pueden también aportar a fortalecer otras zonas con cabello como las cejas y las pestañas e incluso uñas de manos y pies.
En el caso de María Alejandra, utilizó distintos tipos de shampoo tanto comerciales como medicados. Probó multivitamínicos y suplementos que debían ayudarle a su cabello. Sin embargo, los tratamientos tópicos no funcionaron y significaban para ella una decepción cada vez más difícil de afrontar.
En el tratamiento con su dermatóloga optó por inyecciones de corticoides directamente en el cuero cabelludo. Los corticoides, que son un tipo de esteroide, debían desinflamar el folículo permitiéndole al cabello crecer de nuevo a través de las lesiones.
Si bien estos tratamientos aportaron a que el cabello que se había caído comenzará a crecer, lo único que realmente la ayudó fue que María Alejandra lo cortó completamente. Su dermatólogo le explicó que tener el cabello corto evitaba que lo tocara constantemente y así mismo evitaba que lo jalara y lo arrancara.
En la actualidad, el cabello de María Alejandra ha crecido desde que lo cortó y los huecos que antes eran notorios y prominentes se han llenado poco a poco. Esto le ha permitido llevar con más calma esta condición y poderla controlar desde sus posibilidades.