En 2019, Ofelia Cubides, administradora de una droguería en la localidad de Puente Aranda, en Bogotá, vendió 600 unidades de tapabocas, mientras que en el 2020 fue tanta la demanda que a finales de marzo se agotaron por completo tanto los tapabocas desechables como los guantes de látex y nitrilo. Las ventas de productos como el jabón líquido, gel antibacterial, alcohol, vitamina C, suero oral, vitamina D, engystol y oscillococcinum se elevaron drásticamente a partir de la pandemia.
De acuerdo con Ofelia, en los últimos siete meses, ella ha vendido alrededor de dos mil tapabocas desechables, sin tener en cuenta que por un tiempo este producto estuvo completamente agotado. La demanda de guantes pasó de 250 pares, el año pasado, ha 800 unidades a la fecha. Aproximadamente, en esta droguería la venta de tapabocas aumentó un 333%, y la guantes de látex y nitrilo en un 320%.
Los tapabocas desechables actúan como una barrera que impide que fluidos externos entren en la boca y la nariz de las personas. La calidad de los tapabocas desechables dependen del tipo de material que fue utilizado para fabricar la máscara. Existen en el mercado diferentes materiales que se pueden usar para fabricar estos tapabocas, lo único que se exige es que la tela con que se confeccionen tenga una barrera microbiana, y así se evite enviar al ambiente material que se desprende del tracto respiratorio. Según
Grand View Research,Grand View Research
Es una empresa de consultoría e investigación de mercado con sede en India y EE. UU. La empresa ofrece informes de investigación, servicios personalizados y de consultoría para comprender el entorno empresarial global y regional. “las ventas globales de mascarillas desechables se han disparado de 800 millones en 2019 a 166 mil millones de dólares en 2020”.
Los guantes de látex (hechos por polímeros) y de nitrilo (hechos de caucho sintético) son de los insumos quirúrgicos de uso de protección personal. Usualmente son usados en clínicas y hospitales como barrera entre los microbios y las manos, al tenerlos puesto el personal de la salud evita el contacto directo con enfermos y previene el contagio. Con la actual crisis de salubridad, muchas personas han empezado a usar estos tipos de guantes para protegerse en la calle y así evitar cualquier tipo de contacto con superficies comunes.

Según las autoridades nacionales, el uso de este tipo de elementos sólo estaría justificado para el personal de la salud que se encuentre laborando. Sin embargo, la demanda de guantes de látex y nitrilo y tapabocas desechables ha aumentado en la pandemia. De acuerdo al comunicado de Zhao Qunying, director de la Oficina de Gestión de Emergencias del Ministerio de Ecología y Medio Ambiente de China, los hospitales de Wuhan produjeron más de 240 toneladas de desechos médicos de plástico de un solo uso (como mascarillas y guantes) por día en el pico de la pandemia, 6 veces más que el promedio diario antes de que ocurriera la crisis sanitaria.
De acuerdo con Daniel Mitchell, presidente de
Acoplásticos,Acoplásticos
una entidad gremial colombiana, sin ánimo de lucro, que reúne y representa a las empresas de las cadenas productivas químicas, que incluyen las industrias del plástico, caucho, pinturas y tintas (recubrimientos), fibras, petroquímica y sus relacionadas. en declaración al portal de noticias El Tiempo, “entre abril y mayo se estima un crecimiento del 500 por ciento. En junio se estabilizó, porque ha llegado mucha importación de China”, explicó Mitchell. El uso de tapabocas, bandas quirúrgicas, guantes y similares, han tenido un crecimiento muy fuerte en la producción y venta en este año.
El pasado 9 de septiembre, varios medios de comunicación hablaron sobre el pingüino de Magallanes, en Sao Paulo, Brasil, que fue encontrado muerto al ingerir un tapabocas. Este sería el primer caso que se conoce, hasta el momento, de un animal que fallece a causa de la basura por la pandemia del covid-19. El aumento en los residuos de uso hospitalario y personal, como tapabocas y guantes, en el 2020, se ha convertido en un riesgo para el medio ambiente, en especial, la fauna marina.
Según la autopsia realizada por el Instituto Argonauta, encargado de vigilar las playas de la costa del norte de Brasil, se encontró que el pingüino tenía en su estómago un tapabocas de uso hospitalario de referencia N-95. La muerte del animal se produjo al tragarse este objeto. Los tapabocas y los guantes no sólo se han impuesto como principales productos de comercialización en el mercado, sino también como un nuevo tipo de residuo que contamina al planeta Tierra.

De acuerdo con Hugo Gallo, oceanógrafo y presidente del Instituto Argonauta, en declaraciones al portal de noticias UNO TV, en los últimos meses ha crecido la cantidad de basura (tapabocas, guantes, gafas de plástico, demás plásticos) encontrada en las playas. El inadecuado manejo de la población, con los residuos de la pandemia, está atentando contra la supervivencia de los animales marinos quienes son los más vulnerables a encontrar estos desechos en las playas y mares.
De acuerdo con el último estudio publicado por The New England Journal of Medicine, “El SARS-CoV-2 fue más estable en plástico y acero inoxidable que en cobre y cartón, y se detectó un virus viable hasta 72 horas después de la aplicación en estas superficies, aunque el virus se redujo considerablemente después de 72 horas en plástico y después de 48 horas en acero inoxidable”. Según el estudio este virus vive más tiempo en el plástico que en otras superficies.