Reforma a la Salud Bogotá Reforma a la Salud afectaría gravemente a Bogotá
Inicio afectación Bogotá Al borde del colapso
La Reforma a la salud en Bogotá: entre la promesa de cobertura y el riesgo de colapso

En Bogotá, otros de los puntos del nuevo sistema de salud que han generado controversia son los tiempos de atención en centros de salud y su posible impacto en el acceso a este servicio. Según el texto propuesto en la reforma, la disposición del modelo contempla la creación de Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS), cuyo propósito es mejorar el acceso a los servicios de salud y eliminar la sobrepoblación en los hospitales del país.

En la capital se instalará un CAPS por cada 25 mil habitantes, los cuales contarán con los equipos necesarios para el control y estabilización de pacientes. Estos centros de atención también determinarán qué pacientes deben ser atendidos en un hospital y estarán encargados de su tránsito.

¿Qué son los CAPS y cómo funcionan?. Hecho por: Isabella Villamizar Bobrek
¿Es suficiente la capacidad operativa de los CAPS para atender a millones?

El Ministerio de Salud le dijo a Plaza Capital, en una respuesta a un derecho de petición, que hay tres tipos de CAPS contemplados en el nuevo sistema, los cuales se instalarán dependiendo de la densidad poblacional que hay en su área de operación. En la capital principalmente operarían los tipos II y III, los cuales contarían con una planta de 60 y 100 personas respectivamente.

En términos comparativos, un hospital que atiende entre 30 y 35 mil pacientes anualmente cuenta con un personal de entre 100 y 150 empleados, por lo que la demanda de los CAPS puede llegar a ser demasiado grande para el servicio de planta con el que cuentan. Ni el texto de reforma ni la entidad especifican si los centros contarán con quirófanos para intervenir a pacientes que no alcancen a llegar a un hospital o si hay un protocolo para la diseminación de pacientes en caso de sobrepoblación.

Juan Diego Moreno, abogado especialista en derecho administrativo en salud, quien se ha desempeñado en el área de consultoría de EPS públicas y privadas, indica que las prestadoras de salud y expertos en la materia tienen inquietudes frente al funcionamiento de los CAPS en Bogotá, ya que el margen poblacional que abarcan es demasiado grande para brindar un servicio efectivo y de calidad a los pacientes.

“En lugar de descongestionar el sistema, van a terminar replicando e incluso empeorando los mismos problemas de las EPS: demoras, colapsos en agenda médica y precarización de la atención. Es una descentralización mal planificada”, afirma.

En este momento, en Bogotá hay 40 CAPS activos, de los cuales la gran mayoría están ligados al sistema de salud de los profesores, que es similar en varios aspectos al propuesto en la reforma, en el que se atienden alrededor de 560,000 personas anualmente, según la Secretaría de Salud de Bogotá.

Los centros de atención en la capital manejan actualmente una población de pacientes cercana al 60% de su máxima capacidad, pero afiliados del magisterio denuncian largas filas y tiempos de atención bastante prolongados.

Si se aprobara la reforma, tal como está radicada en el congreso, el estado debería garantizar la construcción de todos los CAPS suficientes para atender a toda la población, pero los expertos señalan que hay mucho temor porque los fallos del sistema de maestros pueden presentar aún más fallas con la ampliación del sistema contemplado en la reforma.

El sistema al borde del colapso: historias que alertan

Jaime Duque, un profesor bogotano de 64 años, sufre de osteoporosis, una condición que hace que los huesos se vuelvan frágiles y más propensos a fracturas. En febrero de 2025 tuvo una caída en la cocina de su casa, suceso que le produjo varias fracturas en las costillas y brazos, por lo que tuvo que remitirse al CAPS más cercano a su vivienda ubicada en el barrio La Pradera, en la localidad de Puente Aranda.

Duque asegura que lo tuvieron esperando alrededor de 5 horas, a pesar de sostener fracturas graves y estar padeciendo mucho dolor. “Fueron más de cinco horas esperando, sin información clara y con solo un par de médicos para más de 30 personas. Esta no puede ser la atención primaria que prometieron”, señala Jaime.

Mariana Herrera es una futbolista de 19 años que fue llevada por sus compañeras de equipo a un CAP en la localidad de Suba, tras padecer un fuerte dolor abdominal durante un entrenamiento. Las compañeras de Herrera afirman que estaba gritando de dolor cuando llegaron al centro de atención y aun así tardaron más de una hora en atenderla.

Mariana Herrera, futbolista. Ilustrado por: IA Chat GPT

Los doctores determinaron que se trataba de un caso de apendicitis e inmediatamente la enviaron en ambulancia al hospital más cercano. Sin embargo, su apéndice explotó antes de llegar a la clínica causándole una peritonitis, por la cual tuvo que ser intervenida de emergencia. "Sentía un ardor que me atravesaba el cuerpo, como si me estuvieran arrancando algo por dentro. Lloraba del dolor, me retorcía en la silla, pero nadie venía. Casi pierdo la vida por no recibir atención a tiempo”, comenta Herrera.

Tanto el profesor como la futbolista presentaron quejas en los respectivos CAPS donde fueron atendidos, pero en ambos casos el personal se excusó en una falta de ayuda para cumplir con la demanda de pacientes. Según la Superintendencia de Salud, en 2024 el país alcanzó un récord histórico de quejas y reclamos por parte de los usuarios reportando alrededor de 1,600,000 mil solicitudes, de las cuales el 61 % se hicieron directamente a Supersalud.

La tasa de reclamos alcanzó las 322 por cada 10,000 usuarios, evidenciando un fuerte aumento con respecto al año anterior cuando se ubicó en 274. Únicamente en Bogotá durante 2024 se presentaron 25,600 quejas.

De los CAPS al hospital: la ruta de los pacientes en un sistema colapsado

Alejandro Fuentes, médico internista del hospital Santa Clara en Bogotá, indica que cada día se complica más la atención a los pacientes, especialmente de aquellos que vienen trasladados de los Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS). El especialista en salud afirma que el tratamiento que reciben los pacientes en estos centros de atención no es el más apropiado y eso lo demuestra la condición en la que llegan algunos de los heridos.

Alejandro Fuentes, médico internista. Ilustrado por: IA Chat GPT

“Muchos de los pacientes que recibimos en el hospital llegan en estado crítico, cuando ya poco podemos hacer. He visto adultos mayores con cuadros avanzados de neumonía o niños con deshidratación severa que podrían haberse estabilizado fácilmente si hubieran sido atendidos a tiempo”, añade.

Fuentes también reclama que el sistema de cooperación entre hospitales y los CAPS no se lo han terminado de inventar, por lo que muchas veces hay fallas en el traslado de pacientes que ponen en riesgo sus vidas. Según el doctor, los heridos que vienen de centros de atención no siempre son llevados al hospital más cercano, sino que son transportados al hospital dictamine el doctor tratante en su permiso de salida.

“Hace poco recibimos a una mujer con preeclampsia severa que venía desde un CAPS en Kennedy, pero en vez de llevarla al hospital de esa zona, la trajeron acá. No teníamos cupo y la mujer se tardó más de una hora en llegar”, señala Fuentes.

Impacto limitado: los CAPS y la demanda de pacientes en Bogotá

La presencia de CAPS tampoco ha tenido un impacto considerable en la sobrepoblación de la red hospitalaria de la capital, a pesar de las proyecciones hechas por algunos ponentes de la reforma a la salud, quienes han enfatizado en la necesidad de aumentar la cobertura de estos centros de atención. El ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, afirmó, en entrevista con el medio Vanguardia, que los CAPS han aligerado la carga de pacientes que manejan los hospitales y por eso van a tener un rol fundamental en el nuevo sistema de salud.

“Esta estrategia responde a la necesidad de reducir los cuellos de botella en el sistema y descongestionar las grandes instituciones hospitalarias, que a menudo están saturadas de casos de alta complejidad", añadió Jaramillo.

El Sistema de Salud actual y sus fallas. Hecho por: Isabella Villamizar Bobrek

Sin embargo, Juan Diego Moreno indica que las proyecciones contempladas por el ministro de Salud no reflejan el impacto real de los CAPS, y se rigen únicamente por la tasa de ocupación de los hospitales.

“El ministro de Salud usa una medición única para argumentar su teoría. Si la enfocamos en Bogotá muestra que en la última década la tasa de ocupación de los hospitales ha pasado del 250 % al 130 %. Pero eso no tiene en cuenta cuando entraron en funcionamiento los CAPS y cuál era la tasa de ocupación en ese entonces”, señala Moreno.

Según el Observatorio de Salud de Bogotá, los 40 CAPS que hay en la capital fueron instalados en 2019. Para ese entonces la tasa de ocupación de los hospitales en la ciudad era del 95 %, cifra que ha aumentado en los últimos años ubicándose en 130 % en 2024.

La reforma a la salud en Bogotá, centrada en la expansión de los Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS), plantea una ambiciosa promesa de transformación del sistema: descongestionar hospitales, acercar la atención a la comunidad y mejorar la cobertura en todos los niveles. Sin embargo, las cifras, testimonios y condiciones operativas actuales evidencian que el modelo aún enfrenta serios desafíos estructurales y logísticos.

Lejos de aliviar la carga hospitalaria, los CAPS podrían estar replicando las falencias del modelo que buscan reemplazar, agravando demoras, sobrecarga del personal médico y riesgos para los pacientes. Casos como el del profesor Duque o la futbolista Mariana Herrera demuestran que, cuando la atención primaria falla, las consecuencias pueden ser graves o incluso mortales.

En Bogotá los CAPS constituyen una estrategia necesaria pero que requiere ajustes y mayor fortalecimiento para cumplir plenamente con los objetivos planteados en la reforma. El éxito de este modelo dependerá en gran medida de su capacidad para garantizar recursos suficientes, optimizar procesos y articularse de manera efectiva con el resto del sistema de salud.