La cultura del tejo

El tejo es un juego entre amigos o entre familia. La excusa perfecta para tomarse una cerveza, reventar una mecha, jugarse el honor de quién es el o la mejor jugando. Es también una muestra de la cultura colombiana y la oportunidad para enseñarles a los extranjeros este deporte que tiene 500 años de historia.

Wilmar Quintero tiene un ‘club de tejo’ hace 20 años, ubicado en Ciudad Jardín Norte, donde ofrece esta actividad tanto como un deporte como una recreación para los extranjeros. “La idea nace hace 6 meses, aprovechando que el tejo es patrimonio cultural de Colombia, surgió la idea de empezar a mostrarlo como un plan turístico, en donde se les enseña a los extranjeros a jugar este deporte y todo lo que es la historia y cultura del mismo”, cuenta Quintero.

Son 150 turistas que hasta el momento ha recibido Wilmar en su club, gracias a las alianzas que ha establecido con universidades de la ciudad, cadenas de restaurantes ubicados en Usaquén, y gremios de taxistas que recogen extranjeros en el aeropuerto y les ofrecen el plan de ir a jugar tejo.

El aumento en el país ha sido paulatino desde 2011. Como consecuencia en la capital, desde 2012, el Instituto Distrital de Turismo (IDT) le ha apostado al turismo social y comunitario; con el fin de potenciar lugares como las canchas de tejo. Así lo explicó para El Tiempo el entonces director del IDT, Luis Fernando Rosas. Lo que llevo a varios dueños y dueñas de canchas de tejo a crear planes turísticos y mejorar sus locales para recibir extranjeros.

Este fue el caso de Marcela Moreno, cocreadora de El Rey del Tejo, un servicio de una agencia de mercadeo y publicidad que se prestó hasta finales del 2018 en la ciudad de Bogotá, el cual se dejó de ofertar por acuerdos con la plataforma donde se vendían. “Se crearon varios paquetes turísticos entre los que estaba El Rey del Tejo, que ofrecía un torneo corto de tejo, con disfraces, premios, comida típica, música y animación”, cuenta Moreno, quien también expresa que ahí hay una gran oportunidad de negocios. Wilmar Quintero comenta que desde que ofrece este plan turístico las ventas en su club han aumentado significativamente.

Otro de los sitios para jugar tejo reconocidos en la capital está ubicado en el barrio Alcázares, al norte de Bogotá. Esta cancha es muy diferente a las que se ven comúnmente. En vez de una rockola de música, un DJ mezcla en su consola música folclórica. No está iluminada con grandes reflectores sino con luces de colores. No hay canastas de cerveza, hay una barra donde la gente puede departir con cerveza extranjera. Lugares como este ofrecen planes para extranjeros como el tejo bailable, con un costo de entrada de $20.000 por persona, que incluye una hora de tejo.

El tejo se ha convertido en un plan turístico para aquellos que visitan la capital. ¿Qué impresión se llevará un extranjero en su primera vez jugando tejo?, en el siguiente podcast podrá escuchar la historia de un estudiante de intercambio que entre sus planes de conocer Bogotá no faltó el ir a jugar tejo.

En Bogotá se ofrecen tours que incluyen un recorrido por barrios emblemáticos de la ciudad y un juego de tejo con cerveza. Los precios oscilan entre los $90.000 hasta los $145.000 dependiendo del número de turistas.

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Patrimonio cultural

El 8 de enero de 2019 el Congreso de Colombia en la Ley Nº 1947, declaró el juego del turmequé (tejo) como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación y en el que se dictan otras disposiciones que podrá ver en la siguiente imagen.

Esta declaración surgió del interés manifestado por parte de la comunidad turmequense, en cabeza de los Vigías de Patrimonio Cultural de este municipio, de lograr mantener las connotaciones históricas, sociales y culturales que acoge el tejo, tal como lo proponía la exposición de motivos de la ley.

El Grupo de Vigías, nace de un programa del Ministerio de Cultura como una estrategia que fomenta la participación ciudadana en la apropiación social del patrimonio cultural y promueve el respeto por la diversidad cultural. Este grupo se organiza bajo el esquema de voluntariado para reconocer, valorar, proteger, recuperar, difundir e identificar acciones dirigidas a la sostenibilidad del patrimonio cultural de la nación.

Según la investigación presentada ante el Concejo Municipal del municipio de Tumerqué, por parte del Grupo de Vigías, se afirma que este juego reúne elementos tangibles que expresan las tradiciones y costumbres de la comunidad, “además recuerda a los abuelos, tatarabuelos y ancestros, trae recuerdos inolvidables”. Aseguran también que este juego trasciende los límites naturales y geográficos que evidencian su importancia para la cultura local y nacional.

Para el sociólogo Oscar Maldonado, los juegos autóctonos hacen parte de formar una identidad nacional. “En Colombia el tejo por su preponderancia cundiboyacense y la idea de rescatar las tradiciones indígenas, ha esclarecido un elemento identitario”, añade Maldonado.

“Pero Colombia es un país muy marcado por su geografía y fragmentado culturalmente, entonces el tejo puede tener una fuerza identitaria en la zona cundiboyacense en pasadas generaciones, pero no tiene esa cobertura nacional”, asegura el sociólogo. Es decir, a pesar de que el tejo sea proclamado como patrimonio y se entienda como una representación de la cultura colombiana, este no se juega en todos los departamentos del país y cultura está relacionada con el altiplano cundiboyacense.

Esto debido al nacimiento del juego, declarado en el año 2000 como deporte nacional, en el municipio Turmequé Boyacá donde tuvo aparición este juego muisca, cuenta el historiador Hugo Jaramillo en su libro “El Deporte Indígena de América”. “Entre los deportes que practicaban, se encontraba el lanzamiento de un disco de oro a gran distancia, al que se identificaba con el nombre de zepguagoscua, y en el que se dice era prácticamente imposible vencerlo” manifiesta Jaramillo.

Maldonado dice que es un deporte muy centralizado y relacionado con el consumo de cerveza “en unas culturas más alejadas de la cerveza pues el tejo no es tan común” añade Oscar.

El historiados Fabio Zambrano de la Universidad Nacional, comentó para El Tiempo que “lo importante de la ley para convertirlo en patrimonio cultural, es la demostración de poder rescatar los nuestro, lo autóctono y ancestral”. Su práctica, según el proyecto de Ley No. 15 de 2017, ha trascendido a fronteras del país, como Venezuela y Ecuador donde se han creado ligas de tejo.

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El tejo

El tejo es una buena actividad para recrearse en familia o también para practicarlo como deporte. Pruebe su puntería y lanzamiento para dar en el blanco. El objetivo del juego es dar en el bocín y estallar las dos mechas o cuatro que están alrededor, depende de cada grupo de juego. Para ganar, según el reglamento oficial del tejo, en cada partida se deben completar 15 puntos y se juegan en equipos de máximo cuatro personas. Usted y sus acompañantes pueden decidir a cuantos puntos jugar.

Como todo deporte, hay acciones que se consideran falta, según las reglas de la Federación Colombiana de tejo, lanzar afuera de la línea que demarca el límite o golpear el tablero y los bordes con el Tejo son algunas acciones inválidas. Cuando un contrincante distrae u obstruye la jugada es incluso motivo de sanción.

En la siguiente imagen usted podrá conocer los elementos de este juego, a qué debe apuntarle y la manera de conseguir los puntos, de acuerdo con la Federación Colombiana de Tejo y el Club Social y Deportivo de Tejo El Porvenir del Norte.

Realizado por: Camila Rodríguez, Camila Carrillo y Sebastian López