La emergencia por el Covid 19 trajo para Colombia retos difíciles de enfrentar. El campo colombiano, un lugar alejado de la asistencia del gobierno y con pocos insumos sanitarios, tuvo que blindarse con diferentes medidas que impidieron la circulación libre por los departamentos del territorio nacional.
Los excombatientes de la guerrilla de las Farc, que viven en los Espacios Territoriales para la Capacitación y Reincorporación (ETCR), tomaron medidas que garantizaran el bienestar de su población y que además les permitiera sostener sus proyectos productivos. Pronto, con esta emergencia, los talleres de confección en los que realizaban prendas y accesorios se convirtieron en productores de tapabocas. Además se acogieron a protocolos estrictos para que ninguna persona infectada ingrese a su territorio.
Confecciones La Montaña es un proyecto productivo autogestionado de los excombatientes de Anorí, Antioquia. Es decir, aunque no han recibido el aval del Consejo Nacional de Reincorporación (CNR) con el que pueden recibir el dinero pactado con los acuerdos de La Habana para consolidar sus emprendimientos, se han asociado para producir maletas, canguros y accesorios de tela de alta calidad. El Coronavirus sirvió, para ellos, como una oportunidad para contribuir con sectores vulnerables que no tienen acceso a medidas de protección.
En el ETCR de Icononzo, Tolima está Tejiendo Paz (TejPaz), un proyecto de economía solidaria y comunitaria, con el apoyo de organizaciones como Manifiesta han realizado productos artesanales con sentido social. Hace poco, en la sesión 108 del Consejo Nacional de Reincorporación (CNR) se aprobó $440 millones para que continúen produciendo y comercializando prendas de vestir. Aunque según el ex combatiente Gonzalo Beltrán todavía no se hace el desembolso, ellos, para mantener su idea de negocio, decidieron realizar tapabocas que suplan las necesidades del espacio territorial.
Aunque fue desafiante en un principio, porque aprendieron cómo realizar estos productos sanitarios desde su base, han podido realizar donaciones de tapabocas a centro geriátricos, cárceles, comunidades indígenas y poblaciones vulnerables. La acogida de los productos sirvió como un incentivo para la comercialización en todo el país. Actualmente hay 8 proyectos en los diferentes ETCR que están produciendo estos insumos y no dan a basto.
Además de la fabricación de los tapabocas los excombatientes tuvieron que tomar otras medidas para garantizar su bienestar durante este periodo de aislamiento social, que comenzó desde el lunes 23 de marzo de 2020. La Agencia para la Reincorporación y la Normalización anunció medidas especiales para las 2.893 que habitan en los 24 antiguos Espacios de Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR). Entre ellas está el acceso restringido de turistas, delegados y visitantes, charlas de sensibilización y atención médica virtual.
Camilo Rueda, quien es miembro del Consejo Nacional de Reincorporación, del componente Farc, dijo que se creó una mesa para tomar medidas frente a la contingencia para decidir sobre los proyectos que no podían funcionar en este tiempo por las condiciones de comercialización. Las medidas del gobierno, cuenta, fueron insuficientes porque lo único evidente fue la donación de kits con un tapabocas, un gel antibacterial y un jabón por persona. Lo que llevó a que las personas empezaran a gestionar sus propias medidas.
En el acuerdo final para la terminación del conflicto firmado entre las Farc y el gobierno de Juan Manuel Santos en 2016 se establecieron una serie de puntos con el fin de garantizar la reincorporación de los excombatientes. En el punto tres, que habla del fin del conflicto, se establecen las condiciones de los espacios de Reincorporación. Aunque en 2019 se vencieron los términos legales, estos siguen existiendo y continúan desarrollándose actividades productivas. Actualmente hay 24 territorios que aparecen en el siguiente mapa.
En los acuerdos de paz la reincorporación se planteó como un proceso integral y sostenible. A nivel político se estableció la organización del partido de las Farc, una representación política en el congreso de la república. A nivel económico y social se pactó una organización de economía solidaria, de modo que quienes entraran en el proceso de reincorporación pudieran tener apoyo económico (de ocho millones por persona) para proyectos productivos individuales o colectivos. Hasta diciembre del año pasado había 38 productivos colectivos aprobados, de ellos son 22 los que tienen desembolso, según el Consejo Nacional de Reincorporación de Farc (CNR).
Camilo Rueda, del CNR de Farc, dice que hay iniciativas, como Confecciones La Montaña que aunque se ha presentado ante el Consejo Nacional de Reincorporación no se ha aprobado el desembolso para su funcionamiento, así que funciona como una iniciativa autogestionada. “Allá había un taller y equipos para las confecciones. Esos equipos eran con los que hacían los uniformes en la época de la guerrilla”, cuenta Camilo. Al no ser recogidos por el gobierno comenzaron a hacer sus confecciones”.
Gracias al acompañamiento que presta el CNR a nivel departamental y municipal, a la gestión del gobierno, de la farc y de organizaciones nacionales e internacionales, cada Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación ha logrado tener asesores, capacitadores y un equipo técnico que les permite capacitarse continuamente para trabajar en diferentes actividades.
Los excombatientes de Anorí, en Antioquia, que hacen parte del taller La Montaña se asociaron con la Asociación Campesina de Mujeres sin Límite de la Vereda San Isidro. Además de generar empleo para aproximadamente 20 personas, están realizando tapabocas para contribuir a la prevención del virus en Antioquia y garantizar el sustento de varias familias que se mantienen con el taller. Pero no se han limitado a este departamento.
Martín Batalla, gerente del proyecto, cuenta que el plan de producción son 27.000 tapabocas durante un mes, para los que ya tienen toda la materia prima. De estos se han hecho donaciones, por ejemplo, los primeros 1.000 fueron donados al municipio de Anorí, y ventas a nivel nacional, generando precios especiales para comunidades vulnerables. Han llegado a lugares como Meta o el Caribe. La Cruz Roja Colombiana adquirió 3.000 para atender comunidades campesinas del Meta. Los precios de comercialización del producto son a precio de producción. Venden a $35.000 la caja de 25 unidades y a $70.000 las de 50. Toda la promoción de su producto la realizan por sus redes sociales.
Gonzálo Beltrán excombatiente del Etcr de Icononzo, Tolima explica que todo empezó cuando las directivas del espacio territorial le pidieron hacer unos tapabocas para la protección de todos los habitantes. No tenía idea de cómo hacer un tapabocas, pero con los videos de youtube y la experiencia de él y todos los miembros del taller hicieron los primeros. Se demoraron una semana en coger el ritmo y comenzar el proceso de producción. Las redes sociales fueron el principal medio de promoción. Dice que se tomó una foto con uno de los tapabocas que llegó a diferentes grupos, con los que pudieron lograr donaciones de materia prima y dinero.
Uno de esos grupos fue Manifiesta, un proyecto creado por Ángela Herrera para hacer textiles colombianos sin explotación laboral y con un compromiso por la paz. Herrera cuenta que la idea de confeccionar tapabocas surge porque en el espacio de reincorporación se acuerdan de que quedaba una tela quirúrgica de uno de los puestos de salud que había antes. Ellos apoyaron con una tela antifluidos, de modo que pudieran cumplir con todos los requisitos sanitarios. Recibieron capacitaciones del Invima, del Icontec y de la Misión de la ONU. Después de confeccionar 14.000 tapabocas han podidos llegar a diferentes lugares: cabildos indígenas al sur del tolima, población privada de la libertad en La Picota y en Valledupar, a hogares geriátricos en el sur de Bogotá, a un hospital universitario de Neiva.
Gracias a las donaciones, los excombatientes de Icononzo, de Anorí y de seis territorios más han logrado contribuir con sectores más vulnerables y tapabocas muy accesibles para cualquier ciudadano. “En la pandemia queremos aportar nuestro granito de arena y mostrarle a las personas que creen que no tenemos conocimiento, pensamiento o corazón que estamos prestos a ayudar”, afirma Gonzalo Beltrán.
Aunque en este momento el gobierno nacional ha impulsado la continuidad de los proyectos de los excombatientes, aún queda un camino por recorrer. Los trámites para la aprobación de los proyectos son largos e incluso cuando el CNR da el visto bueno, el proceso de desembolso de los dineros puede durar bastantes meses.
En particular el proyecto de Tejiendo Paz tuvo que ser reformulado tres veces para recibir el aval. Durante este tiempo tuvieron que trabajar con recursos propios y donaciones. Lo mismo pasa con miles de proyectos en diferentes territorios del país. Gonzalo Beltrán cuenta que todavía no les han realizado el desembolso, pues el gobierno ha puesto varias trabajas, por ejemplo de la legalidad de los predios en los que se encuentran.
Al no existir unas directrices claras sobre la titulación de los territorios de Reincorporación y después de que el gobierno prometiera tramitar los fondos para su adquisición los excombatientes continúan con la incertidumbre sobre lo que va a pasar y les impide continuar con sus trámites como emprendedores. Sin embargo, cualquier colombiano puede apoyarlos siguiendo los productos que fabrican en las redes sociales. “Estos esfuerzos para generar oportunidad y trabajo decente, así sean veredas alejadas, apuntan a intentar hacer del campo colombiano un lugar más equitativo y decente. el proyecto de tejiendo paz”, dice Ángela Herrera, creadora de Manifiesta.
El proyecto de construcción de paz que comenzó después de la firma de los acuerdos de lo negociado en La Habana se podría consolidar apoyando a estos proyectos productivos y de reincorporación que generan empleo y bienestar desde el campo colombiano hasta las grandes ciudades, de modo que cada uno pueda hacer una apuesta por la paz. Estos ETCR son parte del punto 3 del Acuerdo sobre la reintegración a la vida civil de los combatientes. Se contemplaron en un principio como Zonas Veredales de Transición y Normalización (ZVTN).
Si quiere conocer más acerca de los antiguos Espacios Territoriales de Reincorporación y Capacitación, lea la siguiente infografía: