<1 de cada 6 niños en Usme presenta malnutrición crónica. Situación nutricional de la primera infancia en la localidad--> Plantilla Final

Malnutrición infantil en Usme:
más de 4.000 niños en riesgo



Usme, con el peor registro de la ciudad

Tania Murcia es una de las cientos de madres trabajadoras de la localidad de Usme. Además de ser docente en un colegio del sector, es madre de Isabella, de nueve años, y Martín, de ocho meses, respectivamente. Sus días son muy ocupados, más aún cuando se debe cuidar del hogar, dar cumplimiento a las metas de su profesión y continuar con la lactancia materna del más pequeño de la familia.

Sobre ello, Tania, habitante del barrio Diana Turbay, comenta que la lactancia ha sido diferente entre sus dos hijos. Mientras que con Isabella fue un proceso completo de dos años en los que no hubo necesidad de implementar teteros o fórmulas para su nutrición, con Martín ha sido el caso contrario. “La lactancia con él ha sido intermitente, dado que yo trabajo desde que nació. Además, solo puedo brindarle lactancia después de las 5 de la tarde”, afirma.

Esta intermitencia es la que preocupa a Tania, pues según los expertos en los primeros seis meses el menor debe alimentarse únicamente de leche materna. Como lo indica Tania, solo cuando llega del trabajo puede amamantar a su bebé, quien, además de complementar su nutrición con fórmula nutricional, basa su alimentación con demás productos de la canasta familiar como avena, huevos, carne y arroz.

Esto es importante porque, a pesar de la nutrición balanceada que Tania y su hogar implementan, Martín presenta bajo peso. De acuerdo con la médico pediatra Leidy Bejarano, desde los 6 meses en adelante, es posible hablar de bajo peso o sobrepeso en los bebés.

El caso de Tania es sólo uno de los muchos que ocurren todos los días en esta localidad. De acuerdo con el programa ‘Bogotá Cómo Vamos’, el informe que mide el estado nutricional de la primera infancia en Bogotá, publicado en el 2022, revela que la situación alimentaria en la ciudad no cumple con las expectativas. Específicamente, la localidad de Usme, en la que Tania y muchas otras madres trabajadoras residen, donde 1 de cada 6 niños entre los 0 y 5 años, presenta malnutrición crónica.

Gracias al sistema de escalas estandarizado en los centros de salud, con los datos obtenidos por el peso y la talla de los menores, el personal médico puede indicar si se encuentra frente a un caso de riesgo de desnutrición, desnutrición moderada o crónica.

“Muchas veces, los casos llegan a urgencias. Pero es allí cuando nos damos cuenta que un caso crónico se agudiza”- menciona Bejarano para detallar las condiciones de malnutrición en las que una buena parte de los menores de cero a cinco años atraviesan en Usme.







Crisis nutricional desde la lactancia

Tania explica que su bebé ha tenido complicaciones con la lactancia materna desde el nacimiento. “A los dos días de nacido yo entré a la Unidad de Cuidados Intensivos y por ello tuvieron que suministrarle fórmula a Martín”. Desde ese momento, el bebé presenta diagnósticos complejos en su salud. Además del bajo peso y problemas gastrointestinales como estreñimiento, a raíz de un cuadro de bronquitis, fue necesario suministrarle oxígeno.

De acuerdo con Bejarano, la lactancia materna es esencial para el desarrollo integral de un niño. Esta, además de brindar nutrición, se encarga del alza de defensas para el bebé. Si bien la fórmula funciona, cada madre tiene una composición especial para su hijo. Por lo que se recomienda la lactancia materna exclusiva. Sin embargo, el informe presenta que una de las causas de malnutrición en la localidad se define en la deficiencia en la lactancia materna, es decir, aquellos bebés recién nacidos que no cuentan con una nutrición sostenible desde su lactancia.

Esta situación presenta altas consecuencias a corto y largo plazo. En bebés, los casos tienden a bajos niveles de glucosa en la sangre y demás instancias como hospitalizaciones. Por otro lado, las consecuencias a largo plazo se evidencian con el crecimiento. Las personas que no reciben lactancia materna recurrentemente están expuestas a estar bajas de peso según las expectativas de edad. También se registran bajas defensas, consecuencias en el desarrollo cerebral y problemas gastrointestinales, como el caso de Martín.

“Otro punto a revisar son las deficiencias nutricionales que afectan la calidad de la producción de leche”- afirma la pediatra. De acuerdo con ella, también existen factores genéticos que afectan en la lactancia al igual que las malas técnicas de amamantamiento. Todo esto debe basarse desde el diagnóstico temprano y el perfilamiento integral de las madres gestantes.

Es precisamente ese procedimiento dentro de los centros de salud el que permite comprender cuáles son las características de la población con la que se trabajará. Entre las pruebas, el personal de salud busca los índices de micronutrientes como el calcio, hierro y ácido fólico, todos ellos esenciales para el desarrollo del bebé y su columna.

Adicionalmente a los exámenes físicos, también se evalúa el contexto socioeconómico de la madre. Según Bejarano, Al identificar una madre con una vulnerabilidad, lo primordial es notificarlo con los funcionarios de trabajo social. Si es pertinente, se cataloga como un caso de alto riesgo y se prescriben los suplementos que favorecen a la nutrición tanto de la madre como del bebé en periodo de gestación. Todo esto, de la mano de seguimientos con nutrición, permiten que la madre logre una dieta balanceada y saludable con los productos de la canasta familiar que ella pueda costear para su hogar.

Sin embargo, esta no es una situación de salud que dependa únicamente de la gestión autónoma de cada madre. De hecho, la Secretaría Distrital de Salud y la Secretaría Distrital de Integración Social juegan roles bastante importantes para la seguridad alimentaria en la ciudad para todos y todas, con énfasis en los niños y niñas menores de cinco años.

De acuerdo con un funcionario de la Secretaría Distrital de Integración Social de Bogotá, todas las subdirecciones de las localidades, incluyendo a la localidad de Usme-Sumapaz, se rigen bajo el proyecto 7745, que reglamenta el ‘Compromiso para una alimentación por Bogotá’, el cual está encargado de brindar asistencia alimentaria desde la focalización de poblaciones en estado de vulnerabilidad.

Contrario a lo que se podría creer, el hambre no se soluciona con la repartición de mercados. Esa es, tan solo, una medida pequeña. Es por ello por lo que ambas instituciones trabajan en conjunto para solventar esta problemática. Mientras que la Secretaría Distrital de Salud se encarga de la atención de la población diagnosticada y de la prescripción de suplementos nutricionales como las fórmulas que niños como Martín consumen, la Secretaría Distrital de Integración Social se encarga de la prestación de servicios para la primera infancia como los Jardines Infantiles.

Los Jardines resultan centros estratégicos para el seguimiento y la supervisión de los niños menores de cinco años diagnosticados con malnutrición. De acuerdo con las declaraciones, allí los niños reciben el 70% del aporte energético diario que necesitan para un crecimiento sano e integral. Y, de la mano con las estrategias de la Secretaría Distrital de Salud, los seguimientos y controles mensuales, la desnutrición infantil puede subsanarse.



Malnutrición no solo es bajo peso, también es obesidad

Los estudios realizados por Bejarano y la Secretaría Distrital de Integración Social también refieren a la obesidad dentro de la problemática distrital de malnutrición. “La obesidad es un problema frecuente que debe revisarse y, en la mayoría de los casos, se deja de lado o se posterga para la atención a la desnutrición”.

La problemática engloba a todos los rangos de la población, desde los niños menores a cinco años, a los adultos de dieciocho a cincuenta y cuatro años. De acuerdo con las jornadas de tallaje mensuales que realiza la Secretaría Distrital de Integración Social, los beneficiarios del programa de ‘Bonos canjeables por Alimentos’ en la localidad de Usme, uno de cada dos participantes tiene exceso de peso. A pesar de la ironía de la situación, se encuentra que las razones del diagnóstico no refieren al programa sino a la selección inadecuada de alimentos por parte de las personas. Eso quiere decir que la educación alimentaria y nutricional también es un factor influyente en la malnutrición de la localidad.

Cuando los hogares no saben cómo alimentarse saludablemente, es bastante probable que los niños tengan problemas de obesidad al crecer y esto genera un círculo sin fin. Para enfrentar al fenómeno, dice Bejarano, es necesario identificar cada parte de la población. En cuanto a las madres gestantes, se tiende más al sobrepeso que a la desnutrición. Incluso, “son contados los casos de mamás que registran bajo peso y se mantienen así por el resto del embarazo”.

La situación en los niños es más delicada ya que no se recomienda presentar variaciones en el peso, sino el que corresponde a la edad. Al presentar sobrepeso en edades tempranas, se genera el condicionamiento a enfermedades y tratamientos que no son acordes a la edad como infartos, arterias taponadas o consumo de medicamentos fuertes para el sistema de un menor. Otro aspecto es el relacionado con la salud mental. “El lenguaje desde el personal de salud debe ser bien pensado ya que puede atentar con la integridad de los niños y desencadenar otro problema dentro de la salud pública”.





Niños migrantes, población con agravantes

Nicolas Diaz Malpica · Escucha a Maria Clara Robayo, experta en migración venezolana, sobre nutrición y niñez en Colombia

"Se observaron rezagos en indicadores de salud, como el bajo peso en mujeres gestantes y la desnutrición aguda en niños migrantes". Este fue uno de los hallazgos más importantes del informe ‘Situación Nutricional de la Primera Infancia y Gestantes de la población migrante venezolana en Bogotá’, hecho en 2022. La localidad de Usme se sitúa como quinta con el mayor número de residentes migrantes de nacionalidad venezolana, según la Secretaría de Desarrollo Económico, y así mismo se ubica en el primer lugar de desnutrición infantil.

Sin embargo, y contrario a lo que los expertos recomiendan como primera medida, la Secretaría Distrital de Integración afirma que la población migrante no tiene una caracterización prioritaria en los servicios de asistencia social.

Para María Clara Robayo, experta en migración venezolana, este panorama refleja un escenario sumamente problemático, en tanto se desconocen datos como la esperanza de vida al nacer, que en venezolanos figura en los 71 años, mientras que en colombianos es de 77, un índice que evidencia desigualdades y necesidades particulares en temas nutricionales para la población migrante.

En la primera infancia, el Informe de la Situación Nutricional de la Primera Infancia en Bogotá afirma que 1 de cada 4 niños migrantes menores de 5 años sufren de desnutrición crónica, y 1 de cada 10 desnutrición aguda. Una de las causas que lo explican es la proporción de migrantes que se encuentran en pobreza monetaria, que a 2022 fue del 64%, lo que dificulta inmensamente la cobertura nutricional de los menores.

Según lo explica Robayo, “su condición de irregularidad tiene repercusiones directas en los niños, pues hay un número importante de menores que no están en el sistema escolar, porque las prioridades de la familia es que los papás encuentren trabajo. Y aunque esto no es fácil, cuando ya se encuentre solventada esta necesidad, ahí sí se busca la integración a los servicios de salud y educación.”





Seguridad alimentaria: propuestas a la alcaldía

Plaza Capital habló con los candidatos a la Alcaldía de Bogotá para el próximo gobierno. Si bien cada uno cuenta con amplias propuestas relacionadas a la seguiridad y la movilidad en la Ciudad, también es necesario identificar cuáles son las alternativas y los planes de acción que los candidatos tienen en mente para mitigar esta problemática.

Revise aquí cuáles son las principales propuesta de cada uno frente a la malnutrición en toda la ciudad, específicamente en la población de niños y niñas menores de cinco años.



Especial multimedia por Nicolás Díaz y Gabriela Vargas | septiembre 2023
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