Caquetá: un departamento sin recursos para enfrentar esta pandemia

Alberto Espinoza es un caqueteño que trabaja en una caja de compensación del departamento. Viajó a Bogotá en los primeros días del mes de julio. En su regreso al Caquetá, presentó dos síntomas alarmantes con respecto al covid-19: fiebre de más de 38º y tos. Sin embargo, llegó a Florencia y se tomó el examen respectivo el 11 de julio. Cuatro días después, como se sintió mejor y sus resultados no llegaban rápido, prefirió salir de su casa, corriendo el riesgo de contagiar a otras personas. 17 días después de la toma del examen, le llegó el resultado: positivo para covid-19.

Lo que le ocurrió a Espinoza es el reflejo de por qué la situación en el departamento empezó a empeorar a partir del mes de julio. Los laboratorios tardaban alrededor de 20 días en entregar los resultados a los pacientes y durante casi todo ese mes, el Caquetá no contaba con un laboratorio para hacer las pruebas. Semanas después, se habilitó el del hospital María Inmaculada, pero la situación ya era casi incontrolable. La historia de Alberto, posiblemente fue el caso de más de un ciudadano del departamento, pues de 97 casos positivos al 11 de julio, pasó a tener 6.789 dos meses después.


La ruta del contagio

Alberto Espinoza, fue una de esas personas que decidió viajar a Bogotá por temas laborales. Su viaje fue por carretera y estuvo alrededor de cinco días en la capital del país. Además, tuvo que reunirse con varias personas en el centro de Bogotá, lo que suponía un mayor riesgo y mayor probabilidad de contagio. Cuando estaba de regreso a Florencia, en la ciudad de Neiva empezó a presentar los primeros síntomas.

“Cuando quise entrar a almorzar a un centro comercial, al tomarme la temperatura, tenía 38º. Me asusté mucho. Viajaba con otras dos personas, una de ellas mayor de 50 años y decidí pedir algo para llevar y comer en el carro. Empecé a buscar pruebas rápidas en la ciudad de Neiva y manejé hasta un lugar donde me tomaron una prueba de sangre. El resultado fue negativo, entonces asumí que había presentado tal temperatura por el calor”, contó Espinoza.

Ruta de la propagación del virus por un solo transmisor sin distancimiento social. Créditos: BBC

Según la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA por sus siglas en inglés), la prueba de anticuerpos que se realiza por medio de un análisis de sangre, no es del todo efectiva, pues los anticuerpos pueden tardar varios días e incluso semanas en desarrollarse. De hecho, “en este momento, los investigadores no saben si la presencia de anticuerpos significa que es inmune al coronavirus en el futuro”, expresa el informe.

En Florencia, Alberto Espinoza llegó a su casa sin ninguna medida de aislamiento preventivo. Saludó a su esposa y a sus dos hijos luego de tomar una ducha. Sin embargo, en pocas horas, empezó a sentirse mal. Le dolía la cabeza, los ojos, tenía fiebre y mucha tos.

Después de haber tenido contacto estrecho con su familia y notar que los síntomas aumentaban decidieron aislarlo en una habitación de la casa mientras esperaba realizarse una prueba más efectiva. Llamaron a su EPS y esta tardó más o menos dos horas en llegar a la residencia y tomarle la prueba molecular (prueba del hisopo).

A Alberto le realizaron la prueba el 11 de julio del 2020 y estuvo encerrado cuatro días: hasta el 15 de julio. Sin embargo, al siguiente día decidió salir por temas laborales ya que los los sintomas también habían disminuido. Él afirma que, pese a que presentó fiebre, no perdió el gusto ni el olfato. "La ignorancia de ese momento, porque creía que, si tenía la enfermedad, sí o sí esos serían mis síntomas. Yo creí que no estaba enfermo de covid-19”, cuenta Alberto Espinoza.

Justo el día que le hicieron la prueba, en su casa no solo estaba su esposa y sus hijos. También los acompañaban las dos empleadas domésticas y la niñera de los niños. De esta manera, había seis personas posiblemente expuestas al contagio del virus, que luego saldrían de esa casa sin ningún tipo de precaución y con la incertidumbre de no saber si estarían contagiando a alguien más.

Además de estas cinco personas que tuvieron contacto con Espinosa, él y su esposa, tan solo cinco días después de realizarse la prueba, se acercaron a la oficina de la gobernación en el centro de la ciudad y allí hablaron con tres funcionarios públicos, aunque afirman que respetaron el aislamiento y el uso del tapabocas.

"Tuve que salir por temas laborales y aunque no me habían llegado los resultados, yo creí que no estaba enfermo de covid”
-Alberto Espinoza, paciente recuperado de coronavirus.

Sin embargo, Espinoza no podía salir de su domicilio hasta que llegara el resultado. Esa había sido la orden. Él no quiso esperar. Solo estuvo cuatro días aislado. Él no creía que sus síntomas estuvieran asociados con el virus. Consideraba que tan sólo había sido una gripa común y corriente. Así, salió de nuevo y esta vez fue a visitar a su suegra en dos ocasiones. Una señora de casi 70 años, quien vive con su hijo y dos nietos. También quiso ir a su oficina donde actualmente trabaja, pero allí no permitieron que ingresara, pues había estado en Bogotá y debía respetar los 15 días de cuarentena preventiva, según las reglas del lugar.

Alberto Espinoza contó que también se reunió con otras tres personas y las familias de estas. “Si hago una cuenta rápida de toda la gente que me cruce o con quien entable una conversación e incluso compartí una comida, quizás alrededor de 15 personas distintas durante esos días, hasta que me llegó el resultado”, expresó Espinoza.

El 28 de julio, 17 días después de la toma de la prueba, llegó el resultado y la palabra en grande más temida en estos momentos: POSITIVO. “Llamé de inmediato a la familia de mi esposa con la que tuve mayor contacto. Tuve miedo por ellos, por mis hijos, por todas las personas que saludé, por las familias de ellos. Me encerré en la habitación… pero creo que ya era muy tarde”, contó Espinoza.

Su esposa, Andrea Gutiérrez también se realizó la prueba y su resultado fue el mismo: positivo. Sin embargo, no presentó ningún síntoma durante los 15 días que estuvo aislada y sus hijos tampoco. Y, las empleadas domésticas que estuvieron de cerca con esta familia no creen que el covid-19 sea real, entonces se negaron a hacerse la prueba y continuaron trabajando como si nada.

A continuación, podrá visualizar cuáles fueron los lugares en los que estuvo Alberto Espinoza entre el 16 al 28 de julio, día en el que supo que era positivo para covid-19.

Curiosamente durante esos 17 días en los que Alberto Espinoza tuvo coronavirus, aumentaron las cifras de contagiados en el departamento, llegando a tener hasta 150 casos diarios. De 27 casos el 22 de junio, pasaron a tener 128 el 15 de julio, 542 el 25 de julio, 1.515 el 3 de agosto y actualmente, 8457 en todo el Caquetá. En todos los municipios, incluso en aquellos que no cuentan con UCI, hay casos activos de covid-19, porque este virus no discrimina edad, género, no pregunta cuántos respiradores hay para atender a los más afectados. Además, la cifra de fallecidos para el 28 de septiembre es de 298 personas según el Boletín Departamental de la misma fecha.


El laboratorio abandonado

Lo paradójico de esta situación es que el laboratorio de Salud Pública del departamento, que se encuentra en la ciudad de Florencia, no puede procesar dichas pruebas de coronavirus porque no cuentan ni con la infraestructura ni con tecnología adecuada para hacerlo. Es decir, se toman otras pruebas, menos la más urgente en este momento. La fachada de este laboratorio deja ver el abandono de años, que al parecer ningún político se imaginó que hoy sería un salvavidas para el Caquetá.

Actualmente el laboratorio de pruebas del Caquetá se encuentra abandonado y está ubicado en la mitad de un terreno sin nada a su alrededor. Créditos: Camila Herrera

Yurley Araque, encargada del funcionamiento del laboratorio de Salud Pública y del laboratorio del hospital María Inmaculada, expresó que actualmente la entrega de los resultados es de cinco días, pero que, con el aumento de los casos, el sistema empezó a colapsar y podían llegar a tardar 10 días en llegar los resultados.

Por ejemplo, Jaime Ardila, un joven de 21 años que se realizó la prueba por contacto estrecho con un paciente con covid-19, tuvo que esperar 18 días para saber si tenía o no coronavirus. “El 17 de julio, un viernes, me hicieron la prueba molecular-la del hisopo- me dijeron que me entregaban los resultados el próximo viernes máximo. Sin embargo, hasta el 3 de agosto me llamaron para decirme que tenía covid-19”.

En el Caquetá no había respiradores suficientes, ni UCI disponibles, pero tampoco un sistema estructurado en los laboratorios que entregara los resultados a tiempo. Justo cuando más se necesitaba obtener una respuesta oportuna, fue cuando más se ralentizó el sistema, pero esto también se debe a que sólo hay un laboratorio autorizado en el Caquetá para tomar estas muestras.

“Al no obtener resultados oportunos, no se pueden realizar los cercos epidemiológicos que permitan evitar más contagios”, expresó Araque. Aunque, para ella la falta de responsabilidad, el autocuidado y la poca conciencia de los ciudadanos, tampoco han permitido que los contagios disminuyan.

Así se ve el laboratorio desde la vía. Créditos: Camila Herrera

Con respecto al tema de las pruebas, la funcionaria Martha Patricia Ortiz, asesora de calidad del Hospital María Inmaculada, explicó que desde abril el Hospital vio la necesidad de a través de su laboratorio, poder realizar dichas muestras.

“El laboratorio de Salud Pública no cuenta lamentablemente ni con la infraestructura, ni con el personal y tampoco los permisos para hacer estas pruebas, entonces nosotros somos los únicos que prestamos el servicio a nivel departamental”, afirmó Ortiz.

Aun así, el tema de las pruebas es más complejo de lo esperado. Escuche el siguiente podcast para que conozca cuál es el proceso desde la toma de la prueba, hasta la entrega del resultado en el Caquetá.

valentina molina · Un laboratorio abandonado: El salvavidas del Caquetá está casi destruido en medio de un potrero

Cifras del Caquetá

En el departamento del Caquetá había una aparente “tranquilidad” con respecto al covid-19 desde que este empezó a propagarse a nivel nacional. Hasta el 15 de abril, se habían tomado 105 muestras en el departamento y todavía no se registraba ningún caso. Sin embargo, el 21 de abril se registraron los primeros dos casos en la capital. Uno de ellos, se confirmó después del fallecimiento de la persona y el segundo estaba en aislamiento desde su casa, pero sin complicaciones médicas. Durante el resto de este mes, los casos que se registraron fueron por un contagio en la cárcel Las Heliconias, ubicada en la ciudad de Florencia.

Representación del aumento de casos totales por coronavirus en Caquetá desde abril al 28 de septiembre, fecha de cierre del reportaje. Cada sujeto rojo equivale a mil casos. Créditos: Valentina Molina

Debido a lo anterior, los ciudadanos sintieron que el contagio no iba a propagarse. Las medidas de aislamiento, el pico y cédula que realizó la alcaldía de cada municipio y las excepciones, dejaron de ser acatadas.

Salir a la calle, viajar a Bogotá y otras rutinas que se habían dejado atrás, volvieron al diario vivir y todo empezó a funcionar de manera aparentemente normal. Sin embargo, según Carmen Elena Vega, la responsable de Salud Pública Departamental, la situación empezó a salirse de control en el Caquetá a partir del mes de julio.

“A pesar de los controles que la Policía hacía, todo era en vano. Las personas tenían permisos de trabajo, carnés que demostraban que supuestamente eran domiciliarios e incluso, funcionarios públicos, que debían dar ejemplo, eran quienes más usaban su puesto de trabajo para ir todos los días al centro comercial, uno de los principales focos de contagio de Florencia”, afirmó Vega.

Hasta julio, la gobernación ni siquiera emitía comunicados oficiales diarios, porque los casos eran en algunos días cero o máximo cinco nuevos. Sin embargo, la llegada del virus era inevitable y su rápida propagación fue la consecuencia de no acatar las restricciones y no contar con respuestas más rápidas a las pruebas de covid-19. El 19 de julio se confirmaron 104 casos nuevos. A partir de esa fecha, en el Caquetá empezó a aumentar la curva de contagio y ningún decreto funcionó para mantener a las personas en cuarentena obligatoria.

Boletín departamental del 28 de septiembre. Créditos: Secretaría de Salud Departamental.

Florencia, San Vicente del Caguán y Puerto Rico eran los únicos municipios afectados hasta julio, pero empezó a crecer el número de contagiados y el coronavirus llegó hasta las ciudades más alejadas de Florencia, al punto en que actualmente no hay ningún lugar que se haya salvado.

Al 28 de septiembre del 2020, el total de casos positivos es de 8.457. Florencia tiene el mayor número, con 6.511, le sigue San Vicente del Caguán con 666, Cartagena del Chairá 255, El Doncello 219, Puerto Rico 219, San José del Fragua 103, El Paujil 86, Albania 79, Belén de los Andaquies 65, Curillo 63, La Montañita 59, Morelia 35, Solano 32, Milán 25, Valparaíso 26 y Solita 14.

Además, en comparación con otros departamentos cercanos, como Nariño, Putumayo, Cauca, Huila y Amazonas, el Caquetá pasó de ser el segundo menos afectado al ser el tercero más afectado y hasta ahora no ha logrado bajar la curva de contagios, como sí ocurrió en el Amazonas, que se ha mantenido en menos de 3.000 casos hace varias semanas. En el Huila, los casos empezaron a aumentar con la llegada del covid-19 a Colombia, convirtiéndose en septiembre en el segundo más afectado entre los departamentos analizados. Nariño ocupa el primer puesto con un total de 14.667 de casos de coronavirus.

En la siguiente gráfica podrá visualizar cómo fueron aumentando los casos en los departamentos mencionados desde el mes de mayo hasta el 28 de septiembre del 2020.

Igualmente, el Caquetá no tenía un hospital público con Unidad de Cuidados Intensivos hasta el mes de junio. El Hospital María Inmaculada se adecuó para poder atender la emergencia sanitaria. “Pasamos de tener cero camas, a tres camas. Luego, en julio, 15 camas en total, en agosto 30 camas y actualmente tenemos 46 camas en la UCI”, contó Martha Ortiz, asesora de calidad del Hospital María Inmaculada.

Sin embargo, para ella las cifras de ocupación se están leyendo mal. “La gente cree que cuando ya pasamos de 100% de ocupación a 80% es porque hay menos personas en cuidados intensivos. Eso no es así. Hay más personas enfermas o la misma cantidad, pero van llegando poco a poco los respiradores que pide el gobierno al ministerio de salud. Eso no es motivo para seguir saliendo como si nada, sino cuidarnos aún más, pues la incidencia sigue casi igual en el Caquetá”, expresó Ortiz.

En las últimas semanas de julio se llegó al 100% de ocupación en la UCI del Hospital María Inmaculada, y la primera de agosto, bajó a un 85% de ocupación. Sin embargo, lograron obtener 10 respiradores y eso permitió que se pudieran atender más personas con graves problemas respiratorios en el hospital público. Actualmente, hay un 55% de ocupación en la UCI del Hospital María Inmaculada.

"Aparentemente la situación se ha ido saliendo de las manos, pues incluso, algunas pruebas se pierden"

La secretaria de salud departamental, Lilibet Galván, afirmó en una rueda de prensa del 12 de agosto, que el 90% de las UCI están ocupadas -hay 30 personas en total por coronavirus- y se están realizando a diario 500 pruebas en el departamento. Según Galván algunas son procesadas dentro del departamento y otras se envían a otras regiones. Aparentemente la situación se ha ido saliendo de las manos, pues incluso, algunas pruebas se pierden y jamás entregan los resultados a los pacientes.

Ese fue el caso de Ignacio Gasca, quien tuvo contacto estrecho con un caso positivo de covid-19 y de inmediato acudió al Hospital María Inmaculada a hacerse la prueba. “Me realicé el examen el día 14 de agosto junto a un familiar que había presentado algunos síntomas. A él le llegaron los resultados el día 26 de agosto y decidí llamar al laboratorio. Ahí me informaron que habían perdido mi prueba”, contó Gasca.

La funcionaria Martha Ortiz también expresó su enorme preocupación porque hay muchas personas de otros municipios en la UCI. “Un 50% son de Florencia y un 50% de otros municipios. Eso es alarmante porque somos el único hospital público en todo el departamento y el único con UCI. Por ahora hay 46 respiradores, pero si hay un rebrote de coronavirus en el país, el Caquetá puede verse más afectado. Estamos teniendo casi 150 casos diarios, no sabemos qué pueda pasar después”, contó Ortiz.

"Es alarmante porque somos el único hospital público en todo el departamento y el único con UCI"
-Martha Ortiz, funcionaria del Hospital María Inmaculada.

La situación en el departamento sigue siendo crítica. Las personas prefieren pagar exámenes a entidades privadas, que sí arrojan los resultados en menos de 12 horas, en vez de acudir al laboratorio público, pues esperar 10 días no es una opción. La reapertura económica es positiva para muchos sectores, pero posiblemente para la salud no lo sea. Existe aún una posibilidad de rebrote del covid-19 y quizás el Caquetá siga sin estar preparado para atender a los 508.000 habitantes con 46 camas en la UCI del único hospital público y con el único laboratorio que sólo puede tomar 120 pruebas diarias.

Realizado por: Camila Herrera y Valentina Molina