Arte como herramienta para construcción de paz con indígenas

Lunes, 18 Septiembre 2017 12:49
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Fairtunes y otras fundaciones trabajan para empoderar a nativos en Bogotá desde hace seis años.

PeaceTalk con MasterPeace Colombia, Colectivo Embera Bakata, Fairtunes Colombia y Bajo Control, agencia cultural durante uno de los conversatorios en los que presentan sus proyectos. Esta vez en el Museo Nacional de Colombia el 30 de agosto del 2017.||| PeaceTalk con MasterPeace Colombia, Colectivo Embera Bakata, Fairtunes Colombia y Bajo Control, agencia cultural durante uno de los conversatorios en los que presentan sus proyectos. Esta vez en el Museo Nacional de Colombia el 30 de agosto del 2017.||| Foto por: Daniela Segovia Nieto|||
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Colectivo Embera Bakata, Fairtunes Colombia, Bajo Control, agencia cultura y MasterPeace Colombia son cuatro organizaciones que emplean el arte como forma de empoderar a los miembros de las comunidades indígenas que viven en Bogotá. Román Prieto, representante de la Fundación Bajo Control afirma que “se ha utilizado el arte como medio para generar una cultura de paz entre ellos y los habitantes de las distintas zonas en donde habitan”. (Más información de la Fundación consultar: página de Facebook Bajo Control, agencia cultural)

Sobre su labor, Simón Martínez, director de MasterPeace Colombia, comenta que es “una experiencia de compromiso y aprendizaje”, que se puede lograr con “constancia, firmeza, sin filtro y con trabajo en equipo entre los indígenas y las diferentes fundaciones.” (Más información sobre MasterPeace)

Por su parte, Mónica Suárez, miembro del Colectivo Embera Bakata, aclara que lo más importante es “superar ese esencialismo hacía los indígenas y empezar a verlos como iguales. Esto con el fin de no llegar y accionar a nuestro parecer, sino entrar a ayudar y a aprender de los proyectos, de las iniciativas y de las formas de vida que ya se llevan a cabo en el territorio. ¡Ahí nuestro trabajo sí es un apoyo!”. (Más información del colectivo en página de Facebook Colectivo Embera Bakata)

Una de las comunidades con las que han trabajado estas cuatro fundaciones son los  indígenas Embera Katio del Chocó, específicamente del Alto Andágueda. (Para saber más ver: Caminos de Andagueda// On the way ) El Colectivo conoce a este grupo indígena cuando se encontraban en Bogotá desplazados por segunda vez.

La comunidad cuenta que la primera ocasión que tuvieron que salir de su territorio fue por enfrentamientos con grupos armados y la intervención de empresarios, ya que el hogar de esta comunidad es una de las mayores reservas de oro de Colombia. Mientras que la segunda, en 2008, fue porque en ese espacio ya no tenían condiciones apropiadas para vivir. Por ejemplo, contaban con un sólo médico para toda la población, por lo que la gente empezó a morir. (Infórmese más: La promesa incumplida a los Emberas Katios del Alto Andágueda, Documental Promesas Incumplidas - CHISEA)

Uno de los puntos en los que Bogotá podía recibir a los indígenas era el barrio Santa Fe, un sector del centro de la ciudad en el que se vive violencia urbana muy fuerte por un entorno de prostitución y drogadicción. Frente a esta situación Mónica Suárez expresa su posición crítica y la problemática que originó la labor de las cuatro organizaciones: “los indígenas se desplazaron de su territorio por la violencia y llegan a Bogotá a encontrarse con otro tipo de violencias: xenofobia, racismo, burlas, ser tratados como ignorantes y dependientes de la limosna. De esta manera, se crea un choque cultural en el que el perjudicado es el indígena.”

Con este objetivo en mente, el Colectivo empezó a tocar muchas puertas, entre ellas, instituciones distritales y gubernamentales. Sin embargo, nadie se vinculaba con su proyecto hasta que se hicieron amigos de las dueñas de Latino power, una sala de conciertos en Chapinero, quienes después los contactaron con Francisco Rojas, representante de la organización Fairtunes Colombia. (Lea más: Fairtunes Colombia). A partir de estas dos alianzas y el apoyo de MasterPeace Colombia y Bajo control, agencia cultural es que se empiezan a realizar proyectos de arte, específicamente, música y murales.

Según Román Prieto, representante de Bajo Control, agencia cultural, el proyecto musical ya cuenta con 25 grupos de jóvenes y de adultos indígenas de diferentes comunidades. Aunque, también afirma, que: no ha sido un proceso fácil, ya que el apoyo que se recibe es muy escaso, pero lo hemos logrado y eso es lo importante”.

Los inicios de esta iniciativa se dan en el año 2012 “haciendo música con la Comunidad Embera Katio en la Localidad de los Mártires en Bogotá”, expresa Mónica Suárez, y añade que: “de este proyecto hemos podido grabar un disco de la agrupación Conondo, banda de la cual nos encontramos muy orgullosos, pero con la cual pudimos darnos cuenta de varias dificultades y logramos sobrepasarlas”. (Noticias relacionadas: (Embera Records: cuando los sonidos indígenas se encuentran en la ciudad y Emberas cansados de trabajar en la calle se dedicaron a la música.)

                                                  Portada y contraportada del disco de la agrupación Conondo de indígenas Embera Katio. Fotos por: Daniela Segovia Nieto

                                                           Portada y contraportada del disco de la agrupación Conondo de indígenas Embera Katio. Foto por: Daniela Segovia Nieto

Aparte de la falta de apoyo, Prieto cuenta que se enfrentaron al problema de la comunicación. Tal dificultad consistía en que para los indígenas era difícil entender el español y para los miembros de las fundaciones lo era entender la lengua nativa de la comunidad, pero según dice: “logramos que ellos aprendieran algunas palabras de nosotros y nosotros de ellos y pudimos ver esa problemática como una oportunidad de aprendizaje”. Sobre los idiomas, Mariano Campo, indígena Embera Katio expresó que lo importante es dar campo a la diversidad, entonces “así como el español es importante para ustedes, nuestra lengua lo es para nosotros.”

“Queremos que nos apoyen con la música porque a través de ella pretendemos crear una sociedad de paz en donde la gente se dé la oportunidad de conocer nuestras problemáticas y nuestra forma de resolverlas, así como nuestra forma de entender el mundo ya que la sociedad colombiana no sabe mucho de nosotros”, manifestó Campo, indígena que hace parte de la agrupación Conondo. De igual manera, Campo añadió que: “una de esas oportunidades en las que se dieron a conocer fue en el Mundial sub-20 en Colombia en el año 2011. (Para ver su participación consultar: Embera Katios en el mundial sub 20 Colombia 2011)

Francisco Rojas, representante de Fairtunes, informa que en la sala de conciertos de Latino power ensayan las agrupaciones indígenas cada ocho días, pero como el espacio es para diferentes músicos de la ciudad, tienen la posibilidad de que alguno se interese en su trabajo y los quiera apoyar.

Rojas define la música que están creando junto a los indígenas como “una herramienta para la transformación social y un lenguaje universal que forma, informa y transforma.” Siendo esto precisamente lo que afirman haber visto en este proyecto a partir de que pudieron  empoderarlos para dar un mensaje, quitándoles esa sensación de que las personas se van a burlar de ellos. En común acuerdo entre el Colectivo y Fairtunes se afirma que “los indígenas ya tienen un proyecto, discos, videos, ganaron la convocatoria del Centro de Memoria Histórica llamada Música que narra el conflicto armado en el 2014 y eso hace que ya no necesiten que las fundaciones sigan ahí”.

Uno de los logros más importantes que han tenido estas cuatro organizaciones es que en los espacios que ocupan los indígenas en las distintas zonas de Bogotá ahora se escuche su propia música, teniendo en cuenta que antes escuchaban música comercial.

Por otro lado, el proyecto relacionado con la creación de murales se llevó a cabo por última vez el 26 de agosto del 2017, en el muro de un parqueadero en la localidad de Fontibón junto con la comunidad indígena Misak Misak (Para información sobre otros murales consultar: Los murales que la comunidad ayudó a pintar a las FARC)

Mural en la localidad de Fontibón con la comunidad Misak Misak por el Colectivo Embera Bakata, MasterPeace y Bajo control, agencia cultural. Foto por: Camilo Ara

Mural en la localidad de Fontibón con la comunidad Misak Misak por el Colectivo Embera Bakata, MasterPeace y Bajo control, agencia cultural. Foto por: Camilo Ara en la página de Facebook del Colectivo Embera Bakata.

Francisco Rojas expresó que esta actividad se realizó en conjunto con la comunidad, teniendo presente que: “una imagen es una cápsula que tú llenas de sentido, entonces, buscamos eso, una simbología propia de la comunidad Misak Misak”. Así mismo, “puede que un dibujo no cambie los tejidos sociales pero sí da memoria, crea el recordatorio de la presencia de los Misak Misak en el barrio, porque ellos hacen parte pero empiezan a perderse en las dinámicas de la ciudad.”, puntualizó Rojas.

“Para crear la imagen que queríamos pintar se tuvieron en cuenta fotografías de niños y niñas de las cuales surgió la idea de representar la dualidad entre hombre y mujer”, explicó Simón Martínez de MasterPeace Colombia. Para Martínez era muy importante la reacción de la comunidad y por eso se percató de que “cuando la imagen fue tomando forma, ellos [la comunidad Misak Misak] vieron que algo de ellos estaba ahí y empezaron a participar más activamente”.

Una de las indígenas pertenecientes a esta comunidad, estudiante de antropología en la Universidad Externado de Colombia, de nombre Mónica Yolanda, entre lágrimas también afirmó que la comunidad se había visto atraída por el mural, ya que estaba muy satisfecha de ser reconocida en una ciudad tan grande. Aparte de que “gracias a esta obra de arte las personas de la comunidad ahora nos reconocen como una población indígena trabajadora y no como guerrilleros”, manifestó la estudiante.

De esta manera, estas diferentes organizaciones cumplen un propósito que proclamó Mónica Suárez como miembro del Colectivo Embera Bakata en donde dice ver lejanos esos conceptos de diversidad y multiculturalidad de los que se hablan en las leyes y textos académicos. Entonces lo realmente importante, dice ella, es plasmarlos en la vida real por lo que ellos están concentrados en visibilizar "la otra Colombia, esa otra Colombia campesina, afro, indígena que no sale en los medios de comunicación.