LA FUERZA DEL ANANZE
Reconstrucción de la memoria afro

¿Cuándo fue la última vez que vio un artista afro? En los últimos doce años se han realizado solo tres exposiciones artísticas que visibilizan la producción afro en Colombia. Los apoyos de instituciones, como el Ministerio de Cultura y el Banco de la República, son escasos a la hora de proyectar las obras de los artistas pertenecientes a la comunidad negra. Según Raúl Cristancho, curador de la primera muestra de arte afro en el Museo de Antioquia, no hay espacios permanentes dedicados a visibilizar artistas, colectivos y grupos afro. por lo que impide una consolidación total del trabajo que se desarrolla desde las regiones, tampoco hay convocatorias específicas.

En Colombia según el DANE, hay 311.757 afrodescendientes. Los departamentos donde más residen la población son Bolívar, Atlántico, Córdoba, Antioquia y Cundinamarca. De esas ciudades, solo en el Museo de Antioquia y el Museo Zenú de Arte Contemporáneo en Montería (Muzac), han llevado a cabo las muestras "Un Viaje sin Mapa" en el 2008, ‘Mandiga Sea’ en el 2013 y ‘Negritude’ en el 2019, que reconocen la presencia de África en Colombia.

Para Cristo Hoyos, historiador y curador del Muzac, estas tres exposiciones coinciden con el propósito de cuestionar episodios de racismo que prevalecen desde la colonia hasta la actualidad, que ha ocasionado la invisibilización de muchos artistas durante las últimas décadas.

Hoyos también sostiene que no hay espacios para los artistas afro en Colombia. Tampoco se presenta interés por parte de las instituciones culturales para realizar talleres, actividades, exposiciones y encuentros sobre la diáspora africana en Colombia. Esta falta de escenarios originó a mediados del 2015, la creación del Colectivo Agua Turbia, compuesto por Astrid Liliana Angulo, Jhon Fory, Astrid González y Jean Carlos Lucumí, un grupo de artistas que deciden ir en contra de los prejuicios racistas con los que se asocia con la población afro.

Sin embargo, en Colombia hay pocos colectivos artísticos orientados a dignificar la memoria afro, como Corp-Oraloteca en Quibdó, una estrategia que busca conservar los saberes folklóricos de la región a través de la música y el teatro. En las artes plásticas solo encontramos el colectivo Agua Turbia. Todos los años durante el mes de noviembre, en el escenario de la Fundación Guillermo Álzate Avendaño, el colectivo Agua Turbia convoca a artistas negros, raizales y palenqueros a que denuncien actos de discriminación.

“Ahora, los artistas son los que realizan sus propios espacios para mostrarse, esto no debe ser así ya que organizaciones como el Ministerio de Cultura, tiene toda la responsabilidad de coordinar y gestionar exposiciones. ‘Agua Turbia’, se convierte en un gran ejemplo de lucha no solo por ir en contra de la discriminación y por ser los mismos artistas quienes se encargan de asuntos como la preparación de exposiciones, tarea que solo les tocaría a los museos”, afirma Cristancho.

"Me gritaron negro"

Foto: Porters Wigs Series, 1997-2001. Cortesía de la artista

Es un artista plástico egresado de la Universidad de Ibagué. Ante todo, se denomina como afro y es tan esbelto como el ébano. Su infancia la pasó entre las calles empinadas de Cali. Ahí fue a la escuela primaria de su barrio, donde un grupo de niños lo molestaban por ser negro. “Recuerdo estar en medio de un círculo y varios compañeros me gritaban negro, lo hacían muy rápido, tanto que parecía un coro”, manifiesta Lucumí.

Jean Carlos era el único negro en un salón de clase conformado por 30 estudiantes. Al finalizar cada jornada, Lucumì regresaba a su casa y lo único que hacía era llorar prendido de la falda de su mamá, hasta que un día su abuela, una mujer briosa y de carácter fuerte se percató de lo que pasaba. "Todo negro debe ser fuerte, todo negro debe aguantar y tú tienes que ser fuerte y aguantar”. Esta frase se la repetía su abuela a Jean Carlos siempre que lo veía llorando. “Soy negro, pero no tengo fuerza”, lo dice el artista con estricta vehemencia.

Antes de ser artista Jean Carlos es un activista por eso decide enfrentar a la discriminación, lo hace cara a cara; “realice una residencia artística que me planteó la necesidad de hacerme un rebelde justificado. Enfrentar el asunto, lo que viví”. Lo único seguro que tiene Jean Carlos es su cuerpo. él entiende que sobre el cuerpo recaen los insultos del pasado y es ahí donde nace el performance Negro No Es Igual Que Fuerte, una serie de dos fotografías que registran la acción de visitar por más de 20 días, una quebrada, escoge una piedra y empieza a cuidarla.

Extiende sus manos sobre ella. La acaricia lentamente, en esa misma parsimonia quita el sucio y el musgo que se encuentra en la parte superior e inferior de la piedra. Pasan las horas, Jean Carlos sigue mirando a la piedra con la vista perdida. Para el artista, el cuidado corresponde a la lógica femenina, pero sobre todo este ejercicio le permitió explorarse a sí mismo.

Lucumì sigue visitando dicha piedra todos los días. Al llegar el día número 20, Jean Carlos se desnuda, se arrodilló en la parte superior de la piedra, encorva su espalda y extiende sus manos hacia la quebrada. Así pasa por más de 4 horas. “Este performance lo llame Negro Es Igual Que Fuerte, porque ser negro no implica tener la fortaleza o ser robusto y excluido”.

En cambio, John Fory nació en Guachené–Cauca. Creció escuchando los sonidos del campo. Su abuelo paterno fue el fundador del pueblo. De él heredó su carácter reacio, pero sobre todo el interés por los movimientos sociales. Antes de registrar la vida de la población afro del Chocó, Cauca, Buenaventura y Timbiquí, fue recolector de café, cantante de rap y conductor. La primera vez que disparó el punto de obturación de una cámara fue en el 2008, lo hizo para retratar a los niños afro de Caloto.

A los 20 años viajó a Cali a estudiar publicidad. En esa ciudad se convirtió en testigo y objeto de discriminación y racismo. “Usted es negro y cuando ha visto a un negro que se gane la vida tomando fotos”, esta frase se la repetían una y otra vez a Fory, “estos insultos me hicieron retarme, era una especie de batalla que debía librar por mí y por la población de donde vengo”.

John Fory no duda en reconocerse como afro, lo es enérgicamente. Ha entendido que su función está detrás del lente, captando paso a paso la vida africana en el pacífico colombiano. Su estadía en Cali le ayudó a comprender que, más que fotógrafo de las comunidades, era un documentalista. “Por eso y sin más sobresaltos acepté la propuesta de Astrid Liliana de ser el fotógrafo de Imagen Radical Afro. Un día, tomé mi cámara y salí hasta la carretera. Ahí me subí a un bus para el Chocó. Lo hice y fui feliz. Dos meses en donde estaba mi cámara y yo. Además, de lo que implica fotografiar a una región entera”.

Para Cristo Hoyos, las historias de John Fory y Jhean Carlos Lucumi es un ejemplo que la discriminación es un problema presente en la sociedad colombiana, por lo que se ha invisibilizado a muchos artistas afrocolombianos formados desde la academia, esto no a permitido que el movimiento de artistas afro en Colombia sea reconocido por múltiples factores, la discriminación como un fenómeno que es propio en el país y la falta de apoyo por parte de organizaciones estatales.

Un negro es un negro

Foto: Porters Wigs Series, 1997-2001. Cortesía de la artista

Es un artista plástico egresado de la Universidad de Ibagué. Ante todo, se denomina como afro y es tan esbelto como el ébano. Su infancia la pasó entre las calles empinadas de Cali. Ahí fue a la escuela primaria de su barrio, donde un grupo de niños lo molestaban por ser negro. “Recuerdo estar en medio de un círculo y varios compañeros me gritaban negro, lo hacían muy rápido, tanto que parecía un coro”, manifiesta Lucumí.

Jean Carlos era el único negro en un salón de clase conformado por 30 estudiantes. Al finalizar cada jornada, Lucumì regresaba a su casa y lo único que hacía era llorar prendido de la falda de su mamá, hasta que un día su abuela, una mujer briosa y de carácter fuerte se percató de lo que pasaba. "Todo negro debe ser fuerte, todo negro debe aguantar y tú tienes que ser fuerte y aguantar”. Esta frase se la repetía su abuela a Jean Carlos siempre que lo veía llorando. “Soy negro, pero no tengo fuerza”, lo dice el artista con estricta vehemencia.

Antes de ser artista Jean Carlos es un activista por eso decide enfrentar a la discriminación, lo hace cara a cara; “realice una residencia artística que me planteó la necesidad de hacerme un rebelde justificado. Enfrentar el asunto, lo que viví”. Lo único seguro que tiene Jean Carlos es su cuerpo. él entiende que sobre el cuerpo recaen los insultos del pasado y es ahí donde nace el performance Negro No Es Igual Que Fuerte, una serie de dos fotografías que registran la acción de visitar por más de 20 días, una quebrada, escoge una piedra y empieza a cuidarla.

Extiende sus manos sobre ella. La acaricia lentamente, en esa misma parsimonia quita el sucio y el musgo que se encuentra en la parte superior e inferior de la piedra. Pasan las horas, Jean Carlos sigue mirando a la piedra con la vista perdida. Para el artista, el cuidado corresponde a la lógica femenina, pero sobre todo este ejercicio le permitió explorarse a sí mismo.

Lucumì sigue visitando dicha piedra todos los días. Al llegar el día número 20, Jean Carlos se desnuda, se arrodilló en la parte superior de la piedra, encorva su espalda y extiende sus manos hacia la quebrada. Así pasa por más de 4 horas. “Este performance lo llame Negro Es Igual Que Fuerte, porque ser negro no implica tener la fortaleza o ser robusto y excluido”. ”Negro no es igual que fuerte”.

En cambio, John Fory nació en Guachené–Cauca. Creció escuchando los sonidos del campo. Su abuelo paterno fue el fundador del pueblo. De él heredó su carácter reacio, pero sobre todo el interés por los movimientos sociales. Antes de registrar la vida de la población afro del Chocó, Cauca, Buenaventura y Timbiquí, fue recolector de café, cantante de rap y conductor. La primera vez que disparó el punto de obturación de una cámara fue en el 2008, lo hizo para retratar a los niños afro de Caloto.

A los 20 años viajó a Cali a estudiar publicidad. En esa ciudad se convirtió en testigo y objeto de discriminación y racismo. “Usted es negro y cuando ha visto a un negro que se gane la vida tomando fotos”, esta frase se la repetían una y otra vez a Fory, “estos insultos me hicieron retarme, era una especie de batalla que debía librar por mí y por la población de donde vengo”.

John Fory no duda en reconocerse como afro, lo es enérgicamente. Ha entendido que su función está detrás del lente, captando paso a paso la vida africana en el pacífico colombiano. Su estadía en Cali le ayudó a comprender que, más que fotógrafo de las comunidades, era un documentalista. “Por eso y sin más sobresaltos acepté la propuesta de Astrid Liliana de ser el fotógrafo de Imagen Radical Afro. Un día, tomé mi cámara y salí hasta la carretera. Ahí me subí a un bus para el Chocó. Lo hice y fui feliz. Dos meses en donde estaba mi cámara y yo. Además, de lo que implica fotografiar a una región entera”.

Para Cristo Hoyos, las historias de John Fory y Jhean Carlos Lucumi es un ejemplo que la discriminación es un problema presente en la sociedad colombiana, por lo que se ha invisibilizado a muchos artistas afrocolombianos formados desde la academia, esto no a permitido que el movimiento de artistas afro en Colombia sea reconocido por múltiples factores, la discriminación como un fenómeno que es propio en el país y la falta de apoyo por parte de organizaciones estatales.

¿Apoyo institucional?

Foto: “Negro no es igual que fuerte” Jean Carlos Lucumi. Cortesía de la artista

Es un artista plástico egresado de la Universidad de Ibagué. Ante todo, se denomina como afro y es tan esbelto como el ébano. Su infancia la pasó entre las calles empinadas de Cali. Ahí fue a la escuela primaria de su barrio, donde un grupo de niños lo molestaban por ser negro. “Recuerdo estar en medio de un círculo y varios compañeros me gritaban negro, lo hacían muy rápido, tanto que parecía un coro”, manifiesta Lucumí.

Jean Carlos era el único negro en un salón de clase conformado por 30 estudiantes. Al finalizar cada jornada, Lucumì regresaba a su casa y lo único que hacía era llorar prendido de la falda de su mamá, hasta que un día su abuela, una mujer briosa y de carácter fuerte se percató de lo que pasaba. "Todo negro debe ser fuerte, todo negro debe aguantar y tú tienes que ser fuerte y aguantar”. Esta frase se la repetía su abuela a Jean Carlos siempre que lo veía llorando. “Soy negro, pero no tengo fuerza”, lo dice el artista con estricta vehemencia.

Antes de ser artista Jean Carlos es un activista por eso decide enfrentar a la discriminación, lo hace cara a cara; “realice una residencia artística que me planteó la necesidad de hacerme un rebelde justificado. Enfrentar el asunto, lo que viví”. Lo único seguro que tiene Jean Carlos es su cuerpo. él entiende que sobre el cuerpo recaen los insultos del pasado y es ahí donde nace el performance Negro No Es Igual Que Fuerte, una serie de dos fotografías que registran la acción de visitar por más de 20 días, una quebrada, escoge una piedra y empieza a cuidarla.

Extiende sus manos sobre ella. La acaricia lentamente, en esa misma parsimonia quita el sucio y el musgo que se encuentra en la parte superior e inferior de la piedra. Pasan las horas, Jean Carlos sigue mirando a la piedra con la vista perdida. Para el artista, el cuidado corresponde a la lógica femenina, pero sobre todo este ejercicio le permitió explorarse a sí mismo.

Lucumì sigue visitando dicha piedra todos los días. Al llegar el día número 20, Jean Carlos se desnuda, se arrodilló en la parte superior de la piedra, encorva su espalda y extiende sus manos hacia la quebrada. Así pasa por más de 4 horas. “Este performance lo llame Negro Es Igual Que Fuerte, porque ser negro no implica tener la fortaleza o ser robusto y excluido”. ”Negro no es igual que fuerte”.

En cambio, John Fory nació en Guachené–Cauca. Creció escuchando los sonidos del campo. Su abuelo paterno fue el fundador del pueblo. De él heredó su carácter reacio, pero sobre todo el interés por los movimientos sociales. Antes de registrar la vida de la población afro del Chocó, Cauca, Buenaventura y Timbiquí, fue recolector de café, cantante de rap y conductor. La primera vez que disparó el punto de obturación de una cámara fue en el 2008, lo hizo para retratar a los niños afro de Caloto.

A los 20 años viajó a Cali a estudiar publicidad. En esa ciudad se convirtió en testigo y objeto de discriminación y racismo. “Usted es negro y cuando ha visto a un negro que se gane la vida tomando fotos”, esta frase se la repetían una y otra vez a Fory, “estos insultos me hicieron retarme, era una especie de batalla que debía librar por mí y por la población de donde vengo”.

John Fory no duda en reconocerse como afro, lo es enérgicamente. Ha entendido que su función está detrás del lente, captando paso a paso la vida africana en el pacífico colombiano. Su estadía en Cali le ayudó a comprender que, más que fotógrafo de las comunidades, era un documentalista. “Por eso y sin más sobresaltos acepté la propuesta de Astrid Liliana de ser el fotógrafo de Imagen Radical Afro. Un día, tomé mi cámara y salí hasta la carretera. Ahí me subí a un bus para el Chocó. Lo hice y fui feliz. Dos meses en donde estaba mi cámara y yo. Además, de lo que implica fotografiar a una región entera”.

Para Cristo Hoyos, las historias de John Fory y Jhean Carlos Lucumi es un ejemplo que la discriminación es un problema presente en la sociedad colombiana, por lo que se ha invisibilizado a muchos artistas afrocolombianos formados desde la academia, esto no a permitido que el movimiento de artistas afro en Colombia sea reconocido por múltiples factores, la discriminación como un fenómeno que es propio en el país y la falta de apoyo por parte de organizaciones estatales.