Los triunfos de Nairo Quintana en el Giro de Italia en 2014 y la Vuelta a España en 2016; y el recién campeonato del Tour de Francia conseguido por Egan Bernal han sido catalizadores para incrementar la práctica del ciclismo aficionado en Colombia. La Calera, Cundinamarca, es uno de los municipios donde más se concentran ciclistas para emprender trayectos por toda la Sabana de Bogotá.
Según el Distrito, cerca de 5.000 ciclistas practican ciclismo en La Calera. Estos tienen que transitar por las vías junto a 1.440 vehículos, aproximadamente, que visitan el municipio los fines de semana. Ahora bien, ¿Cómo está la movilidad y la seguridad allí? ¿Hay infraestructura? ¿Están expuestos los ciclistas a la contaminación de los automóviles?
Los frecuentes robos y accidentes condujeron a cientos de ciclistas calerunos y visitantes del municipio a reclamar por mejores condiciones de seguridad al momento de practicar el ciclismo de ruta y montaña. En efecto, en mayo de 2018, una de las medidas que desde la Alcaldía se adoptó para asegurar el bienestar de los ciclistas que frecuentan las montañas y carreteras del sector, fue la creación de un plan de acompañamiento por parte de la Policía, los Carabineros y el Ejército a lo largo de tres rutas que se desprenden de la Plaza Central de La Calera, punto de encuentro.
Así nació el programa ‘Rutas Seguras’, que consta de acompañamiento por parte de la Fuerza Pública en las siguientes 3 rutas: La Calera-Chingaza (21 Kilómetros), La Calera- Oriente (Mundo Nuevo-24 Kilómetros), La Ruta de los Jueves (los ciclistas escogen para dónde irse, generalmente grupos de 3 o 4 personas y van a Sopó).
Las rutas están habilitadas los jueves, sábados, domingos y festivos. Quienes desean acompañamiento deben dirigirse a la Alcaldía de La Calera entre las 7:00 a.m. y las 8:00 a.m. para registrarse y recibir las indicaciones de las rutas establecidas.
Según el director de Gestión del Riesgo de La Calera, Oscar García, desde que empezó el programa los robos a ciclistas se acabaron. “Hoy en día yo podría decir que hay un tinte de confianza debido a que no volvió a pasar nada”, afirmó. Sin embargo, si bien al principio el programa tuvo gran acogida, sostiene Oscar García, que “hoy se mantienen las unidades, pero a la gente ya casi no le gusta eso, y de manera voluntaria se van por otras rutas asumiendo su responsabilidad”.
Ante la negativa de las personas de solicitar el acompañamiento, la Policía realiza patrullajes en las zonas, la cantidad de efectivos que envían depende de cuántos ciclistas hayan emprendido cualquiera de las tres rutas. Esto es monitoreado a través de un contador.
No obstante, el pasado mes de enero del presente año, seis ciclistas fueron robados sobre el sector de Arboreto en La Calera. Según declaraciones a Capital Noticias, de Jonathan Styles, uno de los afectados, él fue despojado de una bicicleta avaluada en 4 millones de pesos. Y la totalidad del robo asciende a los 50 millones de pesos.
A pesar de que los robos han disminuido, resulta inquietante que un municipio de 30.000 habitantes, turístico y deportivo cuente con tan sólo 37 policías para cubrir tanto el casco urbano como las 33 veredas que lo conforman. Ante esto, el director de Gestión del Riesgo afirma que, si bien el frente es deficiente, el municipio cuenta con red de apoyos, frentes de seguridad, red de cooperantes y hasta 74 grupos de WhatsApp en los cuales están interconectados la comunidad, la Policía y algunos de funcionarios de la Alcaldía, como es el caso de Oscar García.
Con respecto a la relación ciclistas y automóviles, García sostiene que “todos los actores de la vía son imprudentes de acuerdo a su necesidad, el problema es de cultura ciudadana. La Calera sólo tiene una vía de acceso desde y a Bogotá, hay accidentes, atropellamientos, pero es una vía cuya jurisdicción está a cargo de la Alcaldía de Bogotá”.
Antonio Silva, de 38 años, practica ciclismo hace tres años. La ruta que más frecuenta es La Calera-Chingaza, para él en los problemas del tráfico hay responsabilidad del ciclista y del conductor de carro, “somos muchos los ciclistas imprudentes y con falta de experticia al manejar, pero también hay poca tolerancia por parte de los conductores de carros”.
La mayoría del recorrido es en caminos destapados debido a que es ciclismo de montaña. Sin embargo, según cuenta Fernando Moreno, caleruno, de 16 años, quien practica ciclismo de ruta y de montaña hace cinco años, “los principales problemas se tienen en las vías de carretera donde hay presencia de baches y exceso de tráfico tanto de automóviles como de tractomulas, mucho humo, lo que dificultad la circulación y pone en peligro la integridad del ciclista”. Sus rutas preferidas son desde La Calera hacia Chingaza, Sopó y Tunja. Además, afirma que la berma permanece muy sucia aumentando las probabilidades de pincharse.
Desde la calle 72 hasta Patios o hasta la plaza principal de La Calera, que son los principales puntos de encuentro de quienes hacen rutas de montaña, los ciclistas se ven expuesto a la polución con partículas contaminantes que expulsan los carros con que comparten la vía.
En la investigación hecha en 2017 por Leidy Tatiana Ávila, magíster en Ingeniería ambiental de la Universidad Nacional de Colombia, se determinó que los ciclistas son los más perjudicados por las partículas ultrafinas contaminantes, debido a que están entre los automóviles que son los mayores expulsores de ellas, y a que requieren un mayor esfuerzo físico y, por tanto, su tasa de inhalación es más alta.
En Colombia durante el año 2017 murieron 240 ciclistas a causa de accidentes de tránsito. Durante el año 2018 en la subida a La Calera a 1 km del peaje de Patios hubo dos muertes a ciclistas por carros que perdieron los frenos, uno de ellos fue Óscar Maldonado, ciclista profesional durante los años 80 y 90. Y durante este año, según cifras de Medicina Legal, hasta julio de 2019, iban registradas 246 muertes a ciclistas en las vías del país. De estos 22 eran mujeres y 224 hombres. Sumándose a las más de 1.000 muertes a ciclistas en vías desde 2016.
Ricardo Montezuma, experto en Movilidad y Director General de la ONG Ciudad Humana, en una de sus columnas de opinión escritas en El Tiempo, sostiene que “se podrían acompañar caravanas de salidas de ciclistas de la ciudad, habilitar circuitos de dos o tres horas, muy temprano, como en el parque Nacional, la Universidad Nacional (como se hace en algunas ciudades como Río de Janeiro y Panamá) y en parques metropolitanos, los dos velódromos, y ascensos como el Cable o Guadalupe. Patios no puede ser el único lugar conectado por ciclovía para salir de la ciudad, entrenar, o enfrentar nuevos retos ciclísticos”.
Así mismo opina que la educación en civismo urbano a los ciclistas, los automovilistas y los vecinos del municipio es la base para lograr la seguridad vial de todos. “Se deben también hacer campañas de seguridad vial y de buen comportamiento hacia los ciclistas. Sobre todo orientar y acompañar a los nuevos de fin de semana; hay muchos jóvenes e incluso un buen número de mujeres que aún no han adquirido la pericia y la destreza para salir a carretera”.
Este pódcast cuenta la historia de tres ciclistas aficionados que por años han visto en el ciclismo el camino para sentirse saludables, vivos y felices. Y que a pesar de los infortunios han persitido en su práctica.
A continuación las tres nuevas rutas implementadas desde mayo de 2018 por la administración de La Calera, con el objetivo de brindar acompañamientos por parte de la Fuerza Pública a los ciclistas que las soliciten.
Ruta de 21 kilómetros de recorrido, es la más frecuentada por los ciclistas aficionados de La Calera.
Ruta de 24 kilómetros de recorrido, también conocida como Ruta de Oriente
Ruta de los días jueves, generalmente se dirigen a Sopó.
Realizado por: Juan Sebastián Fajardo Tovar y Jose Rafael Salomón Meza